Pocos discutirán que lo más duro de esta crisis es la cantidad de gente que se ha quedado en la calle sin empleo. Por eso, cuando algunos analistas económicos señalan que estamos empezando a salir de la crisis, es oportuno plantearnos qué va a pasar en el futuro con el empleo. Pero no me refiero a lo que vaya a suceder dentro de 4 o 5 años sino a cuál será el panorama que tendremos dentro de  20 o 30.

Desde luego nadie tiene la bola de cristal que le permita decir, con un mínimo de rigor, qué es lo que va a suceder. Aunque depende de muchos factores, yo destacaría seis: los avances científicos y tecnológicos, que destruirán empleos de unos tipos y crearán de otros; la creciente globalización, que aumentará la competencia empresarial rebajando precios y trasladando empleos adonde produzcan lo mismo más barato;  las tendencias demográficas que reducen la población en edad de trabajar en unos países (España entre ellos) y la aumentan en otros; los flujos migratorios, tanto los que recibimos como los que salen, unos y otros a buscar trabajo precisamente; el agotamiento de los recursos naturales y el impacto medioambiental, que puede limitar el actual ritmo de crecimiento económico; y los cambios laborales y sociales dentro de cada país, influyendo en sus respectivas capacidades de adaptación.

Solo a la vista de la complejidad que encierra cada uno de estos factores se entiende que sea prácticamente imposible saber qué va a pasar. Pero eso no significa que no nos lo tengamos que plantear. Cualquier gobierno, mínimamente responsable, tendría que estar sopesando todo esto,
plasmándolo en varios escenarios posibles y  definiendo la estrategia más adecuada. Espero
que en España lo esté haciendo alguien.

Mi opinión personal es que el panorama que nos vamos a encontrar en este país dentro de 20 o 30 años es que habrá bastantes menos puestos de trabajo que personas queriendo trabajar. Puede que me equivoque (¡yojalá sea así!) pero me temo que esa es la cruda realidad hacia la que nos dirigimos, si no cambian mucho las cosas. Porque ese panorama podría no ser tan inquietante si el gobierno (éste y los siguientes) adoptaran determinadas políticas.

Por ejemplo, está claro que haría falta una política que apostase decididamente por la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación empresarial (la famosa I+D+i), con medidas tan evidentes como el aumento de los presupuestos y una adecuada fiscalidad, junto con otras menos obvias pero también necesarias, como una regulación administrativa más favorable. Haría falta igualmente una política industrial que apostase por determinados sectores clave en los que ser competitivos en elmercado internacional y que hiciesen de locomotora de otros sectores.

Pero, sobre todo, lo que haría falta es replantearse a fondo el sistema educativo. Si, después de tener a la juventud cerca de 22 años estudiando, el 55% está en paro y el fracaso escolar es del 25% (mucho peor que en el resto de Europa, como se puede ver aquí), significa que en algo básico estamos fallando estrepitosamente. Y nos equivocamos si nos limitamos a echarle la culpa al ministro de turno, porque el problema tiene mucho más calado. En lo relativo al futuro laboral, no parece que tenga mucho sentido seguir formando a nuestros jóvenes como si las profesiones y empleos que tenemos hoy vayan a seguir demandándose igual dentro de 20 años. Algunos de ellos sí, claro, porque siempre se necesitarán médicos, fontaneros, etc., pero otros muchos empleos serán distintos. ¿Y cuáles serán estos? No lo sabemos; y tampoco es cuestión de inventárselo. ¿Qué hacer entonces? Si prevemos que dentro de 20 años muchos niños van a tener que desempeñar oficios y empleos que hoy ni nos olemos, una de las cosas que quizás podríamos hacer es dedicar parte del tiempo en las aulas a que aprendan, por ejemplo, a sacar de sí mismos lo mejor para afrontar lo desconocido, a adaptarse a nuevos ambientes, a adquirir conocimientos distintos sobre la marcha; en definitiva, a reinventarse cada dos por tres.

Lo cierto es que tiene toda la pinta de que vamos hacia un mundo en cambio, que nos vamos a tener que acostumbrar a vivir en la incertidumbre y a olvidarnos de la bendita estabilidad y previsibilidad a la que estamos acostumbrados. Luego, más vale que vayamos preparando a las nuevas generaciones bajo esas premisas.

Pero lo anterior solo es un botón de muestra de lo que habría que hacer, porque haría falta un amplio catálogo de medidas en diversos ámbitos, con visión de futuro e integradas en una auténtica estrategia nacional, para aspirar a darle la vuelta a las perspectivas laborales que se otean en el horizonte. Ahora bien, si por no haberse adoptado esas medidas a tiempo o porque no han surtido el efecto esperado, los acontecimientos nos arrastraran hacia un futuro con muchos menos puestos de trabajo, esto tendría muchas implicaciones que convendría irlas teniendo en cuenta.

Supongamos que dentro de 30 años tuviéramos, por decir algo, un 40% de la población activa (la que quiere trabajar) sin empleo frente al 26% que tenemos ahora; ¿qué podríamos hacer? Como no creo posible que se les pudiera pagar un sueldo de “subsistencia” de por vida, porque no parece que las cuentas públicas pudieran soportarlo, y tampoco creo que las familias pudieran con ello, quizás una vía a explorar sería la del “reparto” del trabajo; es decir, fomentar los empleos a media jornada, de modo que estos pudieran aumentar sustancialmente y, de este modo, rebajar esa cifra. Naturalmente esto implicaría, en muchos casos, que los salarios también se reducirían.

En un escenario así también habría que considerar el impacto fiscal. Parece lógico pensar que cuanta menos carga fiscal tengan que soportar las empresas por cada puesto de trabajo incluyendo lo que pagan a la seguridad social) más puestos crearían; y cuanto menor sea la presión fiscal que tiene que asumir cada trabajador, más le quedaría para vivir y menor sería el impacto de esas reducciones salariales. Hay que tener en cuenta que en este país la gran mayoría de los puestos de trabajo los crean las pequeñas y medianas empresas, que son muy sensibles a la presión fiscal. Pero claro, el Estado vería reducir sus ingresos y eso le obligaría a recortar sus gastos, con el efecto que ello tendría sobre el Estado de Bienestar (sanidad, pensiones, educación, etc.).

¿Habría margen para aumentar la recaudación fiscal por otro lado? Según Eurostat, la oficina estadística europea, España ingresa el 37% del PIB por impuestos mientras que la media en Europa es del 46%; por tanto en la actualidad tendríamos margen para aumentar la presión fiscal. La cuestión es si habrá ese margen en el escenario que estamos contemplando para dentro de 20 o 30 años, al menos por lo que se refiere a las grandes empresas.

En mi opinión el nivel de presión fiscal que existe actualmente en Europa no es sostenible en una economía globalizada y habrá que reducirlo. Para nuestras economías es vital tener un potente sector empresarial exportador, y eso solo se consigue por dos vías: o compites por innovación en
tus productos (y, aunque a eso hay que apuntar, requiere una I+D+i mucho más extendida y madura) o compites por precio. A lo mejor de aquí a entonces lo hacemos tan bien que el grueso de nuestras empresas es capaz de competir por innovación, pero lo más realista será pensar que en su mayoría tendrán que seguir compitiendo por precio. ¿Qué quiere decir eso? Pues que por mucho que nos bajen los sueldos (y espero que ya no los toquen mas), seguiremos muy por encima de los sueldos chinos, indios o marroquíes, por tanto los precios tendrán que ser competitivos bajando otros componentes, y aunque el ingrediente fiscal no es el único, sí es muy importante. Así que, dudo que el margen para subir impuestos a las grandes empresas sea tan amplio como se dice. Pero, en todo caso, supongo que lo hay y que eso podría compensar, al menos en parte, la reducción fiscal para las Pymes y trabajadores a la que me refería antes.

En definitiva, las implicaciones de un posible futuro con menos empleos son muchas y variadas. Aquí me he limitado a exponer algunas, pero hay más. Lo importante, creo yo, es que más allá de cómo salgamos de esta crisis, de si recuperaremos o no los niveles de empleo pre-crisis así como sus retribuciones, nos conviene analizar las tendencias de fondo; es decir, a qué tipo de sociedad nos llevan y, sobre todo, en qué medida podemos aprovecharlas en un sentido o en otro. Pero difícilmente esto sucederá si ni las fuerzas políticas ni la sociedad abordan este debate.

44 comentarios

44 Respuestas a “¿HABRÁ TRABAJO PARA TODOS EN EL FUTURO?”

  1. Rafa dice:

    Los términos empleo y trabajo, como entendemos la mayoría, nos llevan a conceptos distintos.

    Básicamente, en el contexto actual, el empleo sería un trabajo asalariado, por ejemplo no diríamos que está empleado un estudiante que se prepara para su primer puesto de trabajo, y en general para su proceso de vida, a menos que se le remunerara.

    Históricamente las formas del empleo han sido múltiples, desde el exclavismo, hasta que solo se emplee un miembro de la unidad familiar y los demás se mantuvieran económicamente a su cargo, etc.

    En los últimos quizá, doscientos años, se han introducido a mi entender dos nuevos conceptos,

    El primero es que es el estado quien organiza y regula el trabajo, las distintas divisiones por categorias profesionales, establece la fiscalidad a aplicar, etc., y como consecuencia regula la actividad profesional.

    Creo que también pesa una razon de orden economico-psicologica, como es la creencia de que la persona asalariada, disfruta de mayor libertad, que la que no lo está, el acceso al consumo (factor que en este momento se relaciona también con la libertad), por lo que un individuo que por alguna razón, no necesitara un determinado empleo, también querría tenerlo e ir accediendo a empleos cada vez mejor remunerados.

    En el primer caso, el del intervencionismo del Estado,

    que en un principio se efectua, para evitar abusos, y establecer una mejor organización de la actividad laboral, por las razones que apunta Manuel B. en el artículo, (tecnología, demografía, etc) que estan produciendo profundos cambios en la oferta y la demanda de empleo, como digo, se le está escapando de las manos al Estado.

    Por tanto parece que en este momento salario y empleo están peor relacionados y da la sensación de que han tomado caminos diferentes, con lo que, los distintos gobiernos, van a tener serias dificultades para abordar esta espinosa cuestión.

    Estas premisas unidas a la dificultad de preparar a un adulto del mañana en un mundo cambiante,

    nos van a obligar a manejar distintos conceptos,

    como la diferencia entre empleo y trabajo;

    a compartir los bienes de consumo, mal utilizados, por lo que habría que cambiar habitos de vida;

    a que el peso de las decisiones del estado, se reduzca, por la mejor relación con los agentes implicados, (todos en definitiva),

    y también creo que deberíamos introducir un término que en este momento se usa poco, como es el cambio del consumo por el prosumo.

    Gracias, un saludo

    1. marni dice:

      pues la respuesta es no habrá trabajo para todos en el futuro, ya que la mano de obra cada vez sera reducida por la tegnologia o por mano de obra cualificada en tegnologia con lo cual eso de poner tochos sera cada vez mas escaso, el caso es que una gran parte de la juventud cada día sabe menos solo se preocupan de los móviles consolas y wasapear están adictos a la tonteria y no en pensar como solucionar o buscarse la vida en trabajos manuales que se van perdiendo solo quieren vivir del cuento y a costa de los padres en carreras inútiles que no les van a servir para nada en el futuro, total que estamos en unos tiempos que los estados no pueden ni podran mantener a tanto NI-NI, sin ton ni son y mucha culpa de los padres por mal criarlos con tanta tegnologia superficial, de consumo que solo busca engancharos en el consumo desmedido

    2. custodia dice:

      la verdad es que ya no abra tanto empleo como años a tras, debido que en España poco de hace, despues hay exceso de gente para trabajos , es decir sobra gente para trabajar,debido a la deuda han tenido que hacer recortes que en la mayoría de casos quedaran para siempre,con lo cual habrá gente de cierta edad que no volverá a trabajar nunca, las pensiones irán muy controladas, y la mayoría serán muy bajas.

  2. José María Bravo dice:

    Oportuna reflexión de Bautista y, que creo difícil, de responder desde las perspectivas a las que nos hemos habituado..

    Lo primero, que yo consideraría analizar, sería la de los daños que produce la propaganda y la pugna política. A sabiendas que esta política, la económica, esta impuesta, en gran medida, por el entorno comercial. Los partidos políticos han basado sus programas electorales en contraponer la política económica. Toda una lucha propagandistica para ganar las elecciones y, luego, someter al electorado a la continuidad y al desencanto. Y agravar la situación echando la culpa al gobierno anterior. En fin, también, enfrentando a los ciudadanos. A todas luces, absurda posición.

    Lo segundo, no enfrentarse a los problemas con liderazgo. Con liderazgo, no de imagen, emocional. Con un liderazgo nacido del concernimiento con la realidad, de las condiciones sociales, de los ciudadanos.

    Como dice Bautista, por ejemplo, enfrentándose al grave problema del Empleo. Para esto habría que quitarle el velo, no lo digo yo si no grandes economistas, al asunto de la continuidad en el Euro y ganar competitividad, a la política de reducción a ultranza de la inflación, y a la negativa de inversión en infraestructuras en la que los políticos, al uso, se llenan la boca, acusándola del déficit, pero que daba mucho empleo. Si, empleo, nuestro grave problema y factor esencial en el crecimiento real.

  3. Manu Oquendo dice:

    Este es uno de los capítulos inacabados de un trabajo que completaré si algún día puedo jubilarme. Por lo tanto voy a aprovechar el «sturm und drang» que nos regala Manuel Bautista para darle un empujoncillo muy sintético.

    El trabajo es un asunto poliédrico, vidrioso y urgente porque los «bribones que nunca descansan» ya están buscando la forma de vendernos su narrativa que es la de Esaú elevado a la enésima potencia. Un Esaú muy cortito que lo da todo por una lenteja sin cocinar, con gorgojo y sin plato. La lenteja de un espejismo sembrado por trileros avispados.

    Rifkin, en su «The end of Work» de los años 90, hace un abordaje políticamente correcto. Es decir, da por sentado que las fuerzas que han movido la historia hasta aquí son cósmicas y es más conveniente aceptarlas que cuestionarlas y por lo tanto explora esos mundos de jauja que tanto interesan a los «Globalistas-Tribalistas» y donde todos seremos «dependientes mantenidos» por los residentes de …..http://www.youtube.com/watch?v=_8FD5bviZ_Y

    Pero ese escenario no me gusta, suena fatal, y vamos a tener que pensar en otros.
    Para ello no hay como el regreso a los fundamentos: «Back to basics».

    Un estudio sobre el TRABAJO (la creación de riqueza para la satisfacción de las necesidades humanas) debe empezar definiendo su idea de lo que es y para qué es un ser humano.
    Aquí hay que mojarse porque no es lo mismo una cosa que otra.
    Si esto se tiene claro y no es una caricatura, entonces se ve que es muy difícil realizarse humanamente sin trabajar.

    También se ve que trabajar es producir y hacer cosas que ayuden a la vida y a los fines de las personas.

    Entonces se comienza a percibir la fórmula física del trabajo newtoniano (fuerza por distancia por Coseno de Alfa) y que el coseno de alfa oscila entre Más 1 y Menos 1.

    Por lo tanto hay que tener muchísimo cuidado no estemos desarrollando (y pagando) por falso trabajo, es decir, el trabajo que destruye riqueza porque su coseno de alfa es negativo.

    También hay que distinguir entre trabajos de rendimientos crecientes y de rendimientos decrecientes. Entender por qué unos son un tesoro y los otros dan penita y nos llevan a la pobreza.
    En este proceso se comienza a entender la fuerza que tienen las economías de escala y la necesidad de limitarlas al propio mercado (David Ricardo nunca conoció el subsidio de paro y para él los parados tenían coste cero).

    También se entienden la Guerra del Opio y los límites de las ideas miopes. La Distribución Internacional del Trabajo –sus reglas y su justicia– van a ponerse nuevamente encima de la mesa. También por su moralidad o inmoralidad.

    Como habrá que revisar las advertencias de Norbert Wiener padre de la Cibernética («The human use of human beings», 1950, Da Capo Press) sobre el peligro de caer, como papanatas, en los monopolios del software indiferenciado.

    Y ¿por qué no? en las arquitecturas de nuestras soluciones energéticas y de comunicaciones, todas ellas de control centralizado y destructoras de iniciativa y trabajo.

    Es decir, hay mucho para desbrozar y recapitular pero, tal como vamos, vamos en la dirección equivocada.

    Saludos

  4. Robert dice:

    Opino que, en un futuro, haber empleo lo habrá. Sin embargo, ¿tendremos acceso a él los españoles? No podemos más que reconocer nuestra incertidumbre a este respecto. Incertidumbre en lo que concierne a nuestro futuro laboral que, no es que se presente a 20 o 30 años vista, es que ya está aquí. De los seis factores que se destacan en este artículo como condicionantes de nuestro futuro desarrollo, me gustaría destacar uno de ellos, el cual considero de mayor preeminencia que los cinco restantes.
    Se trata del agotamiento de los recursos naturales. El dinero que se mueve hoy día alrededor del crudo, me parece la mayor y la más peligrosa burbuja económica de entre todas las existentes. Creo que algún día reventará y cualquier otra crisis que haya tenido la humanidad hasta ahora nos parecerá de risa. Yo no quiero pensar qué sería de nosotros si ahora repentinamente comenzara a escasear seriamente el crudo. Aunque cuando yo era pequeño me explicaban en el colegio que eso sucedería entre el año 2030 y 2040 si continuaba todo igual, creo/espero que esto es/sea mentira. Pero quizás habría que aplicar políticas de reducción sustancial de nuestra dependencia del crudo. Independientemente de que se vaya a acabar a corto o a largo plazo, ¿ustedes imaginan lo positivo que sería para nuestro país el hecho de que no necesitáramos comprar crudo al precio desorbitado de hoy en día? Creo que esto mejoraría muchísimo (radicalmente) el nivel de vida de todos los españoles.

    1. Manuel Bautista dice:

      Estoy de acuerdo, Robert, en que el agotamiento de los recursos naturales es quizás el mayor desafío que tenemos. No solo en relación con la energía, también con muchos minerales e incluso con el agua potable.

      Pero, a escala nacional y para nuestra psicología, quizás el impacto mayor a largo plazo va a venir por la demografía. Si no cambian radicalmente las tendencias actuales, España y el resto de Europa se despoblará de «autóctonos» en 50 o 100 años más. Si acaso la poblarán, como ya está sucediendo, quienes quieran venir de África, Asia o América Latina. Cuestión, esta última, que a mí no me asusta, pero que dejará nuestras «preocupaciones» identitarias (ya sea como españoles, catalanes o europeos) rozando el ridículo.

      Un cordial saludo

      1. pedro dice:

        Estamos en una sociedad de consumo, solo hace falta eso para que la rueda gire NADA MAS. Es triste pero es asi.

  5. José María Bravo dice:

    Yo creo que este articulo debería suscitar un amplio debate. Siendo, quizas, el problema más acuciante de España, en este momento.

    Si recordamos las epocas de crecimiento, recordaremos los esloganes de esas epocas «Todo bajo el sol» y quizas «Vivienda para todos». En las universidades nos enseñaban que la balanza de pagos la cuadraba el Turismo. Y, luego la Construcción le dio empleo y enjuago la economía en todo el país.

    Mi pregunta para el debate es cúal es el sector economico productivo que pueda dar empleo a esta generación con más preparación que la de los recepcionistas, camareros o albañiles?. O es que esta generación de profesionales deben trabajar de guardias de seguridad, de portadores de pizza a domicilio, etc?

    Entendido que en España la crisis no reduce salarios a los ya empleados, en terminos generales, si no que se echa a la gente, y sobre todo a los últimos contratados, bloqueando así la absorción del paro juvenil. Entendido que la gente formada esta teniendo que emigrar. Cual es el sector que puede dar una estabilidad laboral en España?.

    Por ejemplo el pueblo gitano es multiocupacional pero de ocupaciones no, digamos, tecnologicas. Como tambien en su gran mayoria los Indios o los Chinos, o los Arabes.

    Buscamos nuestro crecimiento en una población de bajos salarios para que las multinacionales vengan y contraten trabajadores de bajos salarios. Ese es nuestro objetivo?

    Lee uno los informes de la OCDE, del FMI, del PP, del PSOE, del BBVA, de Bankinter, etc. Y todos describen el paisaje pero nadie da ideas para transformarlo. Que hacer?. Esta es mi pregunta

    1. Manuel Bautista dice:

      Pensando sobre lo que preguntas, Jose, yo creo que, de entrada, hay un enfoque macro económico (político, en definitiva) y otro enfoque micro económico (individual).

      En el primero se trata de que los sucesivos gobiernos acierten creando las bases para que las empresas se vean incentivadas a desarrollar su actividad en determinados ámbitos que prometen ser estratégicos para el país, ya sea porque se sitúen en la vanguardia de la tecnología, la ciencia, en definitiva el alto valor añadido.

      El ejemplo típico que todo el mundo cita es el de crear muchos Silicon Valley en tu país. O las típicas universidades punteras de las que salen un montón de jóvenes emprendedores. Ahora bien, ¿Cuál es la fórmula mágica?

      En cualquier caso, aún haciéndolo razonablemente bien, eso afectaría a un porcentaje de la población más bien reducido.

      Por otra parte, está el ejemplo de Alemania que tiene unos sectores industriales muy competitivos, en calidad, que le permiten pagar buenos sueldos a sus empleados. Aquí no se trataría tanto de basarlo todo en las tecnologías punta (que también) como en el trabajo «bien hecho».

      Pero, todo eso apuntaría al posicionamiento industrial, en I+D+i, en exportación, etc., en el que puede influir decisivamente lo que haga o deje de hacer un gobierno.

      Hay luego otro plano que es el de cómo se «buscan la vida» las personas. Porque es inútil pensar que los cerca de 20 millones de personas que hoy componemos la población activa en España vayamos a depender, única y exclusivamente, de lo que haga el gobierno para que nosotros tengamos empleo. Ellos tienen que hacer bien su papel, pero cada ciudadano tiene que hacer bien el suyo.

      Y aquí es donde un exceso de proteccionismo (ya sea del Estado o de la familia), que por una parte tan bien nos viene, nos puede estar limitando la capacidad de espabilar y buscar oportunidades. Por ejemplo, ese 55% de paro juvenil ¿no tendrá nada que ver con la cultura familiar española de cobijar a nuestros hijos hasta los 30 años, o más, si es preciso? ¿Si les trasladaran a todos nuestros jóvenes al norte de Europa, donde culturalmente a los 18 o 20 años se van del hogar paterno, seguiría habiendo un 55% de paro?

      En fin, no quiero alargarme porque esto da para mucho.

      Un saludo,

      1. José María Bravo dice:

        Muchas gracias por tu respuesta, Manolo. Puede ser que sea una elucubración más, pero creo que el centralismo iría en contra vía a un desarrollo de nuevas actividades. Un posible retorno a vivir en provincias, en pequeñas poblaciones cercanos a la materia prima. Por ejemplo la agricultura ecologica, el eco-turismo o turismo rural. O sea, el aumento de la micro economía. Hubo regiones textileras, eminentemente agricolas, paisajisticas, etc.

        Se ha desdeñado en esta epoca financiera, eminentemente de servicios, las areas rurales. Se emigro a las ciudades a estudiar, a emplearse en las grandes empresas, en creer en trabajos «pasivos» toda la vida.

        Creo que esto vendrá con una cambio de concepción del territorio, de mayor descentralización. El concepto del Estado-Nación habrá de cambiar. Es posible, como quizas se apuntaba, que incluso las fronteras nacionales irán perdiendo su llamada identidad. Cambios a largo plazo pero que yo creo que tendrá que darse.

  6. Pyrrho dice:

    «Parece lógico pensar que cuanta menos carga fiscal tengan que soportar las empresas por cada puesto de trabajo incluyendo lo que pagan a la seguridad social) más puestos crearían»

    No parece lógico. Lógico parece que sólo contraten aquellos trabajadores que necesitan (cada vez menos), pues son un coste. Si les sale más barato obtendrán más beneficios. Bajar los impuestos a las grandes empresas es un regalo o bien una cesión ante el chantaje de la deslocalización.

    ¿No es posible dar subvenciones pero sí reducir la jornada laboral? es sólo una forma de cambiar de manos el mismo dinero, sólo que en una uno trabaja y le matan a impuestos mientras otros sobreviven con migajas y en el otro escenario todos son miserables salvo las grandes empresas.

    Como bien apuntas antes era posible vivir con un único miembro de la familia trabajando. Sobra oferta de trabajo, así que hay que reducirla: jubilarse más pronto, entrar al mercado de trabajo más tarde, trabajar menos horas… y a quien incumpla una buena sanción.

    Como no se pongan las pilas van a faltar tiritas para tanto herido.

  7. Manu Oquendo dice:

    Los estudiosos de la pobreza atribuyen un papel importante a la capacidad de una sociedad para crear trabajos de rendimientos crecientes (el concepto está en la red). Es decir, la capacidad de desarrollar industrias para abastecer tu propio mercado.
    Esta capacidad se ve limitada adicionalmente si un país no controla el acceso a su propio mercado (por ejemplo por haber firmado tratados de libre comercio).

    Esta es lo posición tradicional de aquellos estudiosos de por qué los países son pobres y nunca salen de dicha situación salvo si descubren un tesoro exportable en forma de petróleo. Caso de Reinert, por ejemplo. http://www.youtube.com/watch?v=ZIRUScqH5es

    Según esta gente los trabajos de rendimientos decrecientes (típicamente los de servicios personales y la agricultura) son los conocidos como «Trabajos de Pobres» porque su dinámica te lleva a ir aumentando tu pobreza.

    Podemos discutir lo que queramos pero sin industria que produzca una parte muy considerable de lo que el propio mercado consume la cosa se deteriora. Esto –que es conocido desde la edad media– hoy lo hemos olvidado porque la presión del mantra político es fuerte. Pero irracional por negativo para el 99% d la población si bien beneficia muchísimo a la élite del poder político y económico.

    Hasta el final de Bretton Woods los países funcionaban de forma que la protección de su industria era prioritaria y se hacía a través de aranceles.
    A partir de entonces y por motivos que no caben aquí (desanclaje del dólar-oro, Consenso de Washington, sacralización del modelo de libre comercio y movimiento de capitales, etc) el desempleo comienza a crecer en todo occidente. Básicamente por el lógico proceso de deslocalización y desplazamiento de los centros de producción industrial entre naciones y continentes.

    Hoy las cifras oficiales de desempleo ocultan buena parte del mismo. Pero es que –además– se da el fenómeno bien conocido del «autónomo» (en España son unos tres millones de autónomos). Muchos de ellos son parados de larga duración que cotizan para no perder su pensión y ver si pueden ir tirando con chapuzas.

    Sumémosle que los jóvenes pasan estudiando un mínimo de dos años más que los licenciados de Pre Bretton Woods ( y para saber bastante menos incluso con un master). Esto represente un millón de jóvenes que no están en el paro porque los han «embalsado» un par de años o más. Si sumamos todo ello al paro oficial podemos estar por encima del 40% de parados reales. Trabajadores que este sistema no puede permitirse. Es Dantesco.

    Dantesco y complejo. No es intuitivo y exige estudiar el asunto pero «una de las soluciones parciales» más importantes es recuperar industria.
    Esto supone cosas que políticamente son difíciles como crear acuerdos para salir del Euro y recrear aranceles, en Europa y globalmente.

    La alternativa es un espacio Europeo homogéneo (idénticos derechos y obligaciones en al menos la zona euro y redistribución idéntica) esto, creo, es políticamente imposible porque al menos dos niveles políticos (regiones y viejas naciones) no quieren desaparecer. Son dos niveles legislativos y fiscales innecesarios e insostenibles si se pretende competir globalmente. En muchos países de Europa la opinión pública está a favor de un retorno a los aranceles. No es opinión minoritaria. Al contrario (Ver E. Todd, «Aprés la Democratie». 2008, Gallimard).
    Es opinión reprimida y silenciada pero terminará por estallar.

    Saludos

    1. José María Bravo dice:

      Manu, muy interesante reflexión. Que tipo de industrias se te ocurren en España?. Recreas, como piensan algunos, la salida del Euro. Parece que gran parte de las exportaciones de España son a Europa. Pero dentro de que marco de beneficio, tanto macro como micro?. Los bajos salarios es una estrategia para la Europa del Sur?. Volvemos a la Europa de dos velocidades?.

      Yo creo que España tiene , o tenía, un liderazgo en America Latina, digo latina porque es usado ese concepto en ultramar. Que de incentivar más esos mercados?. Mirar al sur y menos al norte. No sé, son pinceladas. No hay que cerrar los ojos a las ideas que esbozan, reputados economistas, sobre la salida del Euro.

      Si miramos con perspectiva estamos ante un abismo de crisis de empleo a la que no podemos cerrar los ojos. No podemos seguir creyendo en que somos ricos con ese porcentaje escandaloso de inactividad real. De tantos parados, de jubilados dando de comer a sus nietos, de deuda de las familias, de presión fiscal impuesta, etc.

    2. AdamSmith dice:

      Estimado Manu Oquendo,

      No he comentado sobre el tema del post por el tiempo y el espacio que requiere presentar una perspectiva distinta. Pero no puedo dejar pasar por alto algo que usted menciona en la primera línea de su comentario y que, a mi juicio, anula todo lo que usted luego argumenta. En esa primera línea usted habla de la capacidad de una sociedad, pero nunca dice si los estudios a que hace referencia definieron esa sociedad, es decir, si estamos hablando, de Bilbao, de Madrid, del País Vasco, de España, de la Unión Europea, del Mundo Occidental y Cristiano, o del Mundo entero. Mientras no se tenga el coraje, sí requiere coraje, de definir claramente de qué sociedad uno está hablando, todo lo demás no tiene sentido alguno. Peor todavía, se requiere mucho coraje porque esa definición debe reconocer la importancia del paso del tiempo, esto es, que la definición de ayer quedó obsoleta.

      1. Manu Oquendo dice:

        Aclaración a los Sres. Smith y Bravo.

        El post anterior está escrito en el contexto del primero de mis comentarios al sugerente artículo de Manuel Bautista.

        Por lo tanto no sólo es necesario expresar una idea de la sociedad –como apunta el Sr. Smith– sino que mucho antes hay que ofrecerla del individuo que, a fin de cuentas, es quien debe decidir si la sociedad le resulta útil para sus fines o todo lo contrario. La sociedad y su arquitectura también es un medio para fines que le son superiores, no es un fin en si misma.

        Dentro de la doctrina laicista del estado moderno esto resulta muy difícil porque siempre termina prevaleciendo una visión restringida, y minimalista del ser humano. Descorazonadora. Tal que si nuestro único fin fuese sobrevivir en el primer nivel de Maslow.

        Por obviar aspectos transcendentes que no por serlo son menos reales, a los efectos que nos ocupan, pongo siempre en la palestra el ideal humano del Areté helénico que, por simplificar, equivaldría al «Ser Autorrealizado» de Maslow, Wilber, Fromm o Teilhard.
        Una vez especificada esta idea del hombre es evidente que la sociedad debe estructurarse en torno a ella.
        Una buena sociedad sería una que posibilita la autorrealización plena del ser humano. Una mala sociedad sería aquella que lo impide y lo mantiene en niveles infrahumanos.

        En lo referente al trabajo, una actividad crucial para la realización humana…–entre otras cosas porque es una vía de acceso a la autonomía moral y a nuestra interacción social–… lo que hace mi anterior comentario es extrapolar al entorno Occidental actual (España, Francia, Italia, USA, UK, etc) lo que estudiosos de la pobreza han concluido acerca de los tipos de trabajo y el «mix» de estos en sociedades que o bien no consiguen salir de la pobreza relativa o se dirigen hacia ella. Reinert es uno de ellos.

        Por no extenderme ahora esto significa que probablemente tendremos que renegociar todos los tratados de libre mercado y zonas de libre circulación que se han impulsado tras 1971. De tal modo que la tiranía de la escala sea regulada por relaciones comerciales controladas por la relación de intercambio en valor trabajo a precios equiparables e incluyendo en los precios los costes de los mecanismos estatales de lo que hoy se conoce como estado de bienestar. Del mismo modo que el tráfico necesita reglas y la mecánica de fluidos (el mercado) deja de funcionar con altas viscosidades, grumos y grava.

        Dicho en bruto y consciente de que habría que hacer numerosísimas consideraciones adicionales e incluso alguna corrección. Pero por ahí deberíamos avanzar. En una de las dos vías que se apuntan. O nace el estado-nación Europa sin intermediarios (inverosímil) o retrocedemos antes de arruinarnos porque nos hemos equivocado.
        Ya sé que tiene problemas, faltaría más, pero cuanto antes cambiemos de chip, menos complicado será.

        Un cordial saludo

    3. Manuel Bautista dice:

      Hola Manu,

      No quería que se me pasaran los días sin aprovechar tu interesante comentario para añadir alguna reflexión al respecto.

      Estando de acuerdo con tu exposición, a mí me parece que, hablando de las opciones que tenemos en Europa, volver a «encerrarnos» en nuestros Estados nación sería como dar un paso atrás; y además, probablemente, inviable a estas alturas. Todos sabemos que en España el nacionalismo patrio se ha diluido casi del todo. Pero, sobre todo, porque intuyo que la dimensión de nuestro mercado doméstico se queda corta para seguir creciendo económicamente;y lo mismo le sucede al resto de los grandes países europeos.

      Pese a los enormes desafíos que conlleva, me da la impresión de que la única opción que nos queda es «tirar hacia delante» y construir un auténtico Estado europeo. Con todos los riesgos de debilitamiento democrático y gigantismo burocrático que ello conllevaría.

      Y en relación con la globalización económica, es evidente que eso constituye una seria amenaza para la prosperidad relativa alcanzada por Europa y el mundo desarrollado. Ahora bien, parece que también está implicando cambios muy positivos en el orden mundial.

      Como bien dices, antes los países protegían sus economías con aranceles y, llegado el caso, se recurría a la explotación de las colonias (los que podían) e incluso a las guerras. Hoy en día, estamos desmontando los aranceles; posiblemente los procesos de colonización los protagonizan en mayor medida las grandes multinacionales y adoptan otras formas menos chirriantes. Pero, sobre todo, lo que parece haber quedado bastante atenuado es el riesgo de conflictos bélicos entre las grandes potencias.

      Este nuevo orden globalizado parece mas «justo» en términos de la humanidad entera; y luchar comercialmente es siempre mejor que hacerlo a cañonazos. Otra cuestión es quién o quiénes están gobernando este proceso mundial, si es que alguien lo hace.

      En fin, es por supuesto un tema complejo y abierto a innumerables matices. Pero, me da la impresión de que, a estas alturas de la globalización, ni aún queriendo al genio ya no va haber quien lo vuelva a meter en la botella; y, por tanto, solo nos queda intentar hacerla más racional y que el número de perdedores sea el menor posible.

      Un cordial saludo,Manu

      1. Manu Oquendo dice:

        Tienes razón, querido Manuel, que se mire por donde se mire es complicado.

        Hemos comenzado hablando del trabajo y terminamos en geopolítica.

        No nos sorprendamos porque esa es una de las facetas más importante a la hora de comprender el actual esquema de división internacional del trabajo.
        Es en estas cosas donde se nos queda corto el formato blog. La «alternativa-complemento» podría ser un seminario académico sobre el tema que con periodicidad, ¿quincenal? nos permitiese cara a cara, discutir y escuchar los numerosos componentes del problema.

        Voy a tratar de simplificar lo no simplificable: El debate Europa, el Regreso al Estado Nación o una mutación en la cual sigamos desarrollando Europa pero con Aranceles. Se puede cooperar con ellos. Mucho y posiblemente mejor.

        El escenario Macro es que, salvo Europa-UE, el resto del mundo sigue siendo de Estados-Nación cada vez más fuertes y muy homogéneos.

        Esto hace que Europa-UE haya pasado a ser un chiste geoestratégico
        Es una pena pero –está en textos académicos– hoy resulta innegable tras Kosovo donde fuimos incapaces de hacer nada y tuvimos que pedir el liderazgo USA o tras el reciente desplazamiento al Pacífico del centro del Mundo. Nota 1.

        Si hacemos memoria, la Europa que está en marcha es una construcción geopolítica de la postguerra para servir de tapón y contrapeso a un bloque, el soviético, que ha dejado de existir.

        Tenemos tantos niveles de «gobierno político» (Tantos parlamentos donde debiera bastar con UNO) que nuestro coste fiscal es, como mínimo, el 20% más alto que el de nuestros competidores –USA y Japón– y mucho más en otros casos.

        Los dos últimos plebiscitos para desarrollar una Constitución Europea fueron negativos (Francia y Holanda, nada menos) y la Crisis actual ha creado una barrera de sentimiento norte-sur que será infranqueable democráticamente, es decir, por auténtica y libre voluntad de las ciudadanías. No nos gustamos.

        Para terminar de complicar las cosas –y en contra de toda sensatez y consejo profesional– nuestros políticos nos metieron de cabeza en el Euro (cosa que Suecia, Dinamarca y UK evitaron con sabiduría).

        Hoy no estaríamos como estamos con la vieja peseta, estaríamos como otros están con sus libras o sus coronas y con nuestros problemas (capítulo aparte)

        Resumo:
        1. La «Nación Europa» no parece posible en al menos cincuenta años. Por lo tanto es una ficción que nadie en el poder desea.
        Y no lo desean porque supondría –para ser viable– la desaparición de dos niveles políticos, el Regional-Autonómico, y el Estatal actual. Con ellos no será viable.

        Por supuesto no quiero entrar en la anomalía histórica de pretender una unión en la cual sus habitantes tienen todos derechos efectivos diferentes y son incapaces de entenderse sin traductor. ¡¿?!

        2. Es cierto que, si bien UK, Dinamarca, Suecia, etc. con sus monedas están razonablemente porque pueden ejercer sus políticas económicas propias, nosotros, Italia, Francia, etc tenemos que seguir las que interesan a Alemania.
        La opinión pública francesa desde el 2006 rechaza esto mayoritariamente. Nosotros parece que seguimos estando en Babia.

        3. Sin regresar al pasado, –que nunca es posible–, se puede seguir siendo plenamente Europeo ( Dinamarca, Suecia, Polonia, UK, Hungría) con nuestra propia moneda y con Aranceles interiores para Reconstruir Nuestra Industria.

        Esta sería una Europa mucho más aceptable para la ciudadanía que la Europa de los Grandes Conglomerados y la Mayor Burocracia del Mundo.

        Por cierto, la Reconstrucción Industrial sería el mejor antídoto contra las fuerzas separatistas. En esos territorios habíamos puesto nuestra mejor industria. Al perderse ¿qué queremos que hagan? ¿Quedarse quietos o Forzar la Barra.

        Como digo, esto es un punto de vista como cualquier otro, pero hoy es una marea de opinión creciente porque tiene sentido.

        Un saludo

        Nota 1.
        Libros recientes sobre el asunto.
        «Paradise & Power», Robert Kagan, Atlantic.
        «Strategic Vision», Zbigniew Brezezinsk, Perseus

        PD. La pregunta de Isi. Robotización del Trabajo Humano.

        Hola, Isi.

        Ese es el escenario de Asimov en la Serie de los «Robots». Seguirá habiendo trabajo para hacer robots o lo que haga falta.

        Lo que sería de necios es que todos los Robots los hiciesen en un solo planeta. Porque entonces el amo del cotarro sería el «Robotero» de Trantor.
        Esto es –aparentemente– un asunto económico pero realmente es un asunto de cómo de repartido está el poder real.

        1. Isi dice:

          Hola Manu,

          me temo que eso ya ha sucedido. Este último siglo hemos asistido a un gran desarrollo científico y tecnológico. Pero no ha revertido en todos por igual. Acceden a ello sólo quienes pueden pagarlo.

          Y las grandes empresas, que pueden pagarlo, en su afán por abaratar los precios van sustituyendo el trabajo humano por máquinas, dejando un montón de desempleados por el camino. Ellas son los “roboteros” de Trantor.

          Y sí, seguirá habiendo empleos, fabricando robots o lo que haga falta, aunque no para todos, puesto que necesitan vender sus productos. Pero la pregunta sigue vigente ¿realmente es necesario?

          Solemos pensar que la tecnología hace más fácil la vida y todos queremos tener acceso a ella. Y en cierto modo es verdad. Los electrodomésticos, por ejemplo, han hecho más fácil las tareas domésticas y eso se traduce en tiempo libre. Tiempo que podríamos dedicar a otras tareas. Pero no es así porque para adquirirlos tenemos que trabajar. Y la realidad es que apenas nos queda tiempo para nada. Dejamos a nuestros hijos en las guarderías tal y como llegan al mundo y a los ancianos los recluimos en residencias. Y así generamos nuevos empleos para que más personas puedan adquirir esa tecnología y la maquinaria siga funcionando. Pero olvidamos que los recursos son limitados y que un planeta es insuficiente para llevar los recursos tecnológicos a toda la población. Así que no solo no es necesario que todos trabajemos sino que no es posible.

          El escenario de Trantor es el siguiente: Unos consumimos lo que no producimos, otros producen lo que no consumen, otros tantos, los desposeídos, ni producen ni consumen. Hasta hace poco esa división era geoestratégica. Consumíamos en occidente, se producía en Oriente y los desposeídos se hallaban en el continente africano. Ahora, con la globalización, conviviremos los unos junto a los otros como las castas en la India. Y ¿para qué?

          Si nos tragamos la pastilla azul diremos que así somos más libres, más felices y que nos auto realizamos con un empleo y sentiremos compasión por los no consumidores. Compasión y miedo.

          Si nos tragamos la pastilla roja veremos que somos esclavos. Más esclavos que nunca puesto que ni siquiera somos conscientes de ello.

          Pero hemos dejado de creer en los reyes magos y con ello hemos perdido las tres esferas del ser que dice el Sñ Peiro. Hemos perdido la magia de lo misterioso y la capacidad de sorprendernos; el sentido de lo que realmente es valioso para construir un futuro mejor que no sea excluyente, y la capacidad de vivir y disfrutar el presente.

          Un saludo.

          1. Jack dice:

            Un buen comentario que aborda la mas importante pregunta «De verdad necesitamos mas puestos de trabajo para producir mas y mas chatarra? » Obviamente no.

            Eso no significa que no hay nada que hacer y que el futuro sera un aburrimiento progresivo y deprimido. Hay mucho que corregir y embellecer en el nuetro entorno tanto urbano como rustico.
            Pero esos trabajos no serian con un fin lucrativo y por eso los politicos y los commerciantes no se interesan de ellos en absoluto. Son egoistos y psicopatas que nunca miran mas alla de sus narices.
            Y mientras que el poder y dinero permanezcan en suyos codiciosos manos la humanidad se va a seguir a la ultima derrota. Con trabajos o sin ellos.

            Wake up and smell the coffee!

  8. Alicia Bermúdez dice:

    Entré a trabajar en Telefónica a principios de los años 70, cuando las telefonistas éramos legión, miles de telefonistas — y no exagero, miles entre los distintos servicios de información, averías, tráfico nacional, tráfico internacional, etc. — porque tenía que haber quien te pusiera tu conferencia tanto si querías hablar con el 36 de Aguadulce (creo que era un complejo muy famoso relacionado con el cine y hoteles de lujo para los cineastas, que tenía un trasiego tremendo de llamadas) como con París o Londres. Y legión también de mecánicos, dedicados no ya sólo al mantenimiento de los equipos sino a reparar las clavijas que se averiaban, los pilotitos que se fundían y los cablecillos que se rompían.
    Mi padre trabajaba en un banco y los bancarios también eran legión; la contabilidad se llevaba en libros, y a mano, y las sumas se hacían de cabeza. Y mi padre tenía asignados, como los demás empleados de su departamento, “sus clientes” que, si a uno no le cuadraba un saldo venía a reclamar y mi padre (o al que le tocase) había de puntear en los libros en busca de los centimillos aviesos y taimados. Mi padre (esto es anécdota) siempre estuvo muy orgulloso de que en esos rastreos nunca el error fue suyo sino del cliente.
    Cuarenta años después, un telediario como quien dice, esas cosas parecen de chiste. ´
    La crisis, la crisis, la crisis. No es sólo la falta de dinero por culpa de la crisis lo que hace que las empresas despidan empleados; es que hay trabajos que ya nadie tiene que hacerlos porque la tecnología los puede realizar mejor y más deprisa que las personas. Y a ritmo aún más vertiginoso de al que las cosas cambiaron en esas apenas cuatro décadas, cambia la propia tecnología que reemplazó a la mano de obra, y ahora lo que se necesita es personal a cada instante más especializado en unos trabajos que, a su vez y al ritmo vertiginoso que los avances llevan en todos los terrenos de cualquier tipo de producción o de industria, se quedarán también obsoletos y no serán tampoco necesarios dentro de cuatro días.
    Así que el que quiera tener un puesto de trabajo habrá no sólo de trabajar en “lo suyo” sino estar siendo un constante aprendiz de lo nuevo porque “lo suyo” dejará de ser rápidamente “suyo”, ni de nadie ni demandado, porque habrá venido a sustituirlo algo más avanzado.
    Así que, en el futuro, nada más habrá puestos de trabajo para los empleos (cada vez menos, además, ya que todo se va mecanizando) que no requieran cualificación alguna y para los que estén dispuestos a dedicar parte del tiempo que el trabajo les deje a ser toda su vida “estudiantes”.
    Y eso, es bueno, creo. Y no creo que la vida del Hombre tenga su por qué y su para qué nada más que en la propia subsistencia. Y creo que a la más corta o a la más larga las personas dedicarán menos tiempo al trabajo y más a eso que los modernos llaman “realizarse”.
    Ahora que, los ajustes y esas cosas que la llegada de esos tiempos acarrearán, no tengo ni idea de en qué puedan consistir ni de qué manera haya que abordarlos. Que yo de economía y de sociología y de… de casi todo lo susceptible de ser sabido, en definitiva, no entiendo ni palabra y para eso están los que si quieren saber más que yo tendrán que andar con ojo a no perder ni comba ni puntada. O se quedarán en la estacada. Mira, ha rimado.

  9. Isi dice:

    Y ahora que las máquinas realizan el trabajo humano ¿Es realmente necesario que todos trabajemos?

    1. Fride dice:

      Hoy por hoy hay mucha gente diseñando y rediseñando muchas de las tareas que se realizan actualmente a mano para automatizarlas. Sólo van a quedar esos trabajos en lo alto de la pirámide (los trabajos creativos y que no se puedan mecanizar) y aquellos en los que las máquinas sean más caras que la utilización del ser humano. Por tanto, va a existir un gran vacio en la mitad del mercado laboral entre los trabajos creativos y los trabajos manuales y eso va a afectar a una gran parte de la población.

      Os dejo una pequeña presentación de la idea

      http://tinyurl.com/nvux9m9

      Es necesario prepararse ya para el cambio, porque ningún país se ha preparado y no esperable, como tu comentas, que se haga una repartición de beneficios entre quien trabajo y quien no. Evidentemente crecerá la desigualdad.

  10. José María Bravo dice:

    Es interesante la respuesta de Manolo Bautista a Manu Oquendo. Es cierto que el concepto de Unión Europea surge para la reconstrucción de Europa después de la guerra. La reconstrucción económica. Esos fueron sus albores.

    Pero, quizás, el problema surge con la moneda EURO, como patrón. Menciona, Manu, Bretton Woods, quizás como fenómeno similar en EEUU, después de las turbulencias de principios y mediados del Siglo XX. El patrón Dolar.

    Esto tiene aristas que abre incógnitas. Es evidente que en ambos casos el Desempleo, despues de las «burbujas» creció enormemente. También creció el empobrecimiento de los países, llamemos «débiles» o no «industrializados».

    En el caso de los países europeos mas «débiles»., la «burbuja del Euro» creo, con un crédito fácil, un enriquecimiento «ficticio». Que ha creado el endeudamiento de los países y de las familias. Se esta salvando al Euro, a la banca, pero, a los ciudadanos se les esta cayendo el «techo» encima

    Es difícil, para mi, entrar en el «complejo» financiero. Pero lo que se constata es que el «neoliberalismo» ha tenido su época de «oro». Los países ricos, industrializados, han inundado el mercado «sin aranceles». Y los países pobres, y los pobres de los países ricos, se han empobrecido más. Y en todos, incluido Alemania, crece el Desempleo.

    Que hacer, es mi pregunta?

  11. Enrique Pina dice:

    Buenos días a todos los «opinantes». El debate sobre «tendríamos que haber hecho una unión política y fiscal antes de adoptar el Euro», es una realidad, en la que vemos que cualquiera de las soluciones es mala, pero hay que valorar y elegir la menos mala.
    El tema de la globalización es en definitiva el mismo asunto, pero digamos, mas globalizado.
    Ante la globalización, cuyo motor principal han sido las grandes multinacionales, habría que haber creado unas reglas del juego a la vez. Es decir, quieres deslocalizarte? Muy bien, pero para poder hacerlo sin aranceles, tendrás que hacerlo en países con acuerdos donde se respete un similar sueldo mínimo y condiciones….
    Ya se que esto parece imposible, pero lógicamente es imposible a día de hoy; cuando se tuvo que haber hecho, no era imposible, sino imprescindible, pero no se hizo por dejadez de nuestros políticos y la poca visión de largo plazo, tan imperante en las democracias actuales.

    Por tanto, ya solo nos queda elegir, como en el caso del euro, la opción menos mala. Y la opción menos mala en estos momentos es crear cortafuegos. Es decir, tratados internacionales por parte de la U.E. donde se plasmen acuerdos de globalización a cambio de implantar las mismas reglas de juego, y sino aranceles que te crió.

    Como esto no creo que se haga de forma «tranquila», entiendo que vamos abocados a una «desglobalización», imponiendo nuevas reglas del juego a trompicones, y hacia sociedades donde de nuevo se realice gran parte de la cadena de valor íntegramente, para propio autoconsumo. La ventaja es que, en sociedades occidentales como la nuestra, gran parte del esfuerzo interno (infraestructuras en general), ya está hecho, y podemos dedicar más tiempo a lo importante.

    Creo que en el último párrafo he desvariado mas de lo habitual, pero al menos he opinado, que es de lo que se trata.

    Un cordial saludo a todos.

  12. M. A. dice:

    La izquierda siente que tiene que «moverse», porque se queda sin electores. Artículo de opinión hoy en El País:
    http://elpais.com/elpais/2013/10/28/opinion/1382978430_035194.html

  13. Manu Oquendo dice:

    Isi aborda un asunto difícil y, en mi opinión, no tratable en las formas sintéticas de un comentario de un blog. Requiere demasiada reflexión.

    Hay temas de alta complejidad y son muchas nuestras limitaciones hasta para entenderlos en sus dimensiones «plausibles».
    Por eso decía ayer que no hay forma de evitar el estudio, la lectura y el análisis reflexivo de los detalles. Es decir, una gran inversión de tiempo y a veces un esfuerzo importante.

    Es el caso de, en general, los procesos de innovación y de la automatización hasta la sustitución del hombre (siempre parcial) por las máquinas.

    Abusando un poco de la amabilidad del blog he traído un documento de 1949. Una carta de Norbert Wiener a la United Auto Workers acerca del previsible impacto de estas tecnologías sobre el trabajo industrial.

    Sí, es de 1949.

    En circunscribirlo a la Industria se quedó corto Wiener porque sus aplicaciones en la esfera Pública y en la Educativa son mucho mayores.

    Lo dejo aquí.

    La carta de Wiener.

    Norbert Wiener’s Letter to UAW President Walter Reuther warning him about new technology and the negative impact it would have on manufacturing workers.

    South Tamworth, August 13, 1949

    Walter Reuther

    Union of Automobile Workers

    Detroit, Michigan

    Dear Mr. Reuther,

    First, I should like to explain who I am. I am Professor of Mathematics at the Massachusetts Institute of Technology, and Iam the author of the recently published book, Cybernetics. As you will see, if you know of this book, I have been interested for a long time in the problem of automatic machinery and its social consequences. These consequences seem to me so great that I have made repeated attempts to get in touch with the Labor Union movement, and to try to acquaint them with what may be expected of automatic machinery in the near future. This situation has been brought to a head by the fact that I have been approached recently by one of the leading industrial corporations with the view to advising them as to whether to go into the problem of making servo-mechanisms, that is, artificial control mechanisms, as part of their extended program.

    Technically I have no doubt what direction my advice should take. My technical advice would be to construct an inexpensive small scale, high speed computing machine, together with adequate apparatus for putting the readings of photo-electric cells, thermometers, and other instruments into the machine as numerical data, and for putting numerical out-put data into the motion of shafts and other out-put apparatus. The position of these output shafts should be monitored by proper sense organs, and be put back into the machine as part of the information on which it is to work.

    The detailed development of the machine for particular industrial purpose is a very skilled task, but not a mechanical task. It is done by what is called ‘taping’ the machine in the proper way, much as present computing machines are taped. This apparatus is extremely flexible, and susceptible to mass production, and will undoubtedly lead to the factory without employees; as for example, the automatic automobile assembly line. In the hands of the present industrial set-up, the unemployment produced by such plants can only be disastrous. I would give a guess that a critical situation is bound to arise under any condition in some ten to twenty years; but that if war should make the replacement of labor mobilized into the services an immediate necessity, we should probably have a concentrated effort put into this work which might well lead to large scale industrial unemployment within two years.

    I do not wish personally to be responsible for any such state of affairs. I have, therefore, turned down unconditionally the request of the industrial company which has tried to consult me. However, it is manifestly not enough to take a negative attitude on this. If I do not put this information in the hands of the industrialists, it is merely a question of time when so obvious a method of procedure will be urged upon them by other people.

    Therefore, the procedure which I shall follow depends finally upon whether I can get you and the labor interests you represent to pay serious attention to this serious situation. I have tried to do this in the past without success; and I do not blame you people for it, but since then there has been a turn-over in personnel among you and the present group of labor leaders seem to have transcended the point of view of the shop to a sufficient extent to make it worthwhile for me to make an appeal to you again.

    What I am proposing is this. First, that you show a sufficient interest in the very pressing menace of the large-scale replacement of labor by machine on the level not of energy, but of judgment, to be willing to formulate a policy towards this problem. In particular, I do not think it would be at all foolish for you to steal a march upon the existing industrial corporations in this matter; and while taking a part in production of such machines to secure the profits in them to an organization dedicated to the benefit of labor. It may be on the other hand, that you think the complete suppresion (sic) of these ideas is in order. In either case, I am willing to back you loyally, and without any demand or request for personal returns in what I consider will be a matter of public policy. I wish to warn you, however, that my own passiveness in this matter will not, on the face of it, produce a passiveness in other people who may come by the same ideas, and that these ideas are very much in the air.

    If you determine that the matter does not deserve your serious consideration, you will leave me in a very difficult position. I do not wish to contribute in any way to selling labor down the river, and I am quite aware that any labor, which is in competition with slave labor, whether the slaves are human or mechanical, must accept the conditions of work of slave labor. For me merely to remain aloof is to make sure that the development of these ideas will go into other hands which will probably be much less friendly to organized labor.

    Under these circumstances, I should probably have to try to find some industrial group with as liberal and honest a labor policy as possible and put my ideas in their hands. I must confess, however, that I know of no group what has at the same time a sufficient honesty of purpose to be entrusted with these developments, and a sufficiently firm economic and social position to be able to hold these results substantially in their own hands.

    I have a book ((The Human Use of Human Beings) which will be forthcoming with Houghton-Mifflin next spring which will bring these ideas to a head. If you so wish, I shall send you copies of the relevant chapters.

    Naturally, I do not expect you to take these matters on my momentary say-so. If you show sufficient interest to be willing to push the matter further, I shall be glad to put my ideas both technical and social at your disposal, so that you will be able to judge them better.

    Sincerely yours,

    Norbert Wiener
    Department of Mathematics
    Massachusetts Institute of Technology
    Cambridge 39, Massachusetts

  14. Remedios dice:

    Coño, Manu, si te desmarcas con la carta en inglés, nos pones en un brete a los que no fuimos a los colegios bilingües. ¿Porqué no te avienes a razones y nos la pones en español, qué parece muy interesante?

    No hace falta ni vascuence, ni gallego ni catalán, que aquí todos somos mayorcitos para no usar la lengua para reivindicar nuestra centralidad en el mundo como hacen los provincianos acomplejados.

    1. Manu Oquendo dice:

      Querida Remedios.

      Yo tampoco fui a un colegio bilingüe aunque algunos decían que teníamos profes bífidos. Pero no es lo mismo. Fui emigrante juvenil, sin papeles, que motiva mucho más que el prefecto de cole y te obliga a espabilar deprisa.

      La carta de Wiener es necesario leerla despacio y pensando para discernir lo que hay detrás de ella. Creo que no hay versión en español.

      Aprovecho para resumir detalles.

      Wiener en el 49 estaba en el MIT diseñando conceptualmente los servomecanismos y las máquinas que hoy tenemos. Fue el creador de la cibernética.

      Cae en la cuenta de que alguna gran compañía están muy interesadas y avisa a un sindicato fuerte (UAW) de lo que se avecina.

      El Sindicato no le hace ni puñetero caso porque estaban «de feria» en Kansas City, , tomando unas «cositas» a la sombra de la Giralda (hay una copia de la Giralda en Kansas City)

      La obra de Wiener está entre los 20 libros más importantes escritos en el siglo XX. Son muy técnicos pero si se reflexiona sobre sus implicaciones se da uno cuenta de su importancia.

      Por ejemplo:

      ¿Qué es un Control? Un mecanismo que tiene que detectar desviaciones de comportamiento. Medirlas, Informar sobre ello, analizar acciones correctoras, elegir entre ellas, decidir ejecutarlas, llevarlas a cabo e informar de los resultados y de los cambios necesarios para evitarlas en el futuro.

      ¿Qué quiere decir esto?

      Pues que un control es infinitamente más caro que el no-control.

      Y que si te dedicas a controlar cosas nacidas para actuar libremente tienes que andarte con los pies de plomo porque el coste de tus controles inevitablemente, termina por comerse la capacidad productiva de cualquier sistema.

      Sobre esta base los antropólogos actuales entienden mejor el por qué determinadas culturas desaparecen en pocos siglos y lo que hoy nos sucede a nosotros.

      La carta también nos hace pensar en algo curioso: Hay científicos interesantes para el sistema de poder y otros que no lo son. Estos últimos desaparecen de la memoria pública con mucha rapidez.

      Es decir, un académico que quiera hacer carrera y ser recordado debe saber no molestar. Wiener, con aquella carta molestó.

      Un saludo muy cordial y espero haber ayudado un poco.

  15. colapso2015 dice:

    Nadie parece puntualizar que “el trabajo” se ha convertido en una definición burocrática.
    No es ya, la acción necesaria para dar soporte a los intereses particulares, vitales o similar.

  16. Alicia Bermúdez dice:

    Pues al amparo de Remedios voy a decir que tuve en la punta de los dedos teclear diciendo algo parecido; pero ya puestos me voy a alargar un pelín más. Que el blog y la mayor parte de los comentarios tengan mucho nivel está pero que muy bien, pero ponéis a veces unas referencias y unos enlaces que a veces, la verdad, llegan a mosquearme un poquito. Que se habla mucho de que todos tenemos obligaciones y responsabilidades, que todos debemos aportar nuestro granito de arena para cambiar la sociedad. Pero, caramba y perdonar, parece subyacer un cierto… No sé cómo decirlo, algo así como que cuando se dice «todos» es todos pero por «encima de» un listón intelectual que, los que queden por debajo, pues como que…

  17. José María Bravo dice:

    Manu, como siempre, nos lleva de la mano al origen y a la solución.

    Al mencionar a Norbert Weiner, cuando advierte que su propia iniciativa, la Cibernetica, puede llevar al Desempleo Estructural, pues las maquinas pueden realizar, con mecanismos similares al «cerebro humano laboral», el trabajo con menos costes de personal, etc..

    Weiner esboza esto a mediados del siglo pasado, siglo XX, y ,despues de el, sus analisis han tenido continuidad en, por ejemplo, el economista Jeremy Rifkin, que ya, a finales del siglo XX, reforzaba la tesis del Desempleo Estructural y abogaba por lo siguiente:

    Repartir el trabajo
    Rediseñar la Semana Laboral
    Incentivar la Economia Social (ONG, etc)
    Implantar una Renta Basica Social ( que recibiría todos los ciudadanos para sus necesidades basicas)
    Una modificación de la Fiscalidad

    Luego vendrían otros economistas, para analisis posteriores, como la Teoria de Juegos, que podría vislumbrar el «ocaso» del egoismo estrategico

  18. Remedios dice:

    Gracias, Manu

  19. Santiago Tíscar dice:

    Acabo de descubrir este blog y aunque este tema parece ya cerrado, no me resisto a hacer mi reflexión.
    El debate se centra en las posibilidades futuras de trabajo y desde mi punto de vista se desarrolla más en el sentido de buscar las implicaciones de los distintos planteamientos en los efectos que se quieren lograr con la consecución de ese bien, pero se ha dejado de lado el profundizar en un aspecto, en mi opinión, crucial y que se menciona como tal en el cuerpo del artículo, la educación.
    La educación es la caja de herramientas que el estado proporciona al individuo para afrontar los retos que la vida le va a ir planteando en su caminar, y desgraciadamente en nuestro país nunca se le ha dado la importancia crucial que tiene, sin menospreciar loables intentos, que por una u otra razón, todas ellas ideológicas y partidistas, mezquindad manipuladora en definitiva, han devenido en fracaso.
    La educación debe de estar fuera del debate político, es como la política exterior, una seña de identidad de un país o una comunidad. Forma parte de lo que debe ser la personalidad de una sociedad. Por supuesto muy unido a la concepción del individuo que se tenga, pero no quiero entrar en discusión sobre las intenciones de unos y de otros, prefiero pensar que a estas alturas de nuestra evolución, toda la sociedad está de acuerdo en que el ser humano tiene el derecho y la obligación de desarrollar sus capacidades en un entorno de libertad y respeto, para contribuir al enriquecimiento de la sociedad en conjunto.
    No podemos aspirar a predecir el futuro inmediato y en función de este futuro educar a las siguientes generaciones, ese es un planteamiento cortoplacista que siempre estará sometido a debate y revisión continua, como sucede en este largo momento. ¿Que podemos hacer entonces?, recuperar el verdadero objetivo de la educación y confiar en el ser humano, la historia demuestra que a pesar de las innumerables trabas propuestas, el avance es imparable, esta confianza es la que nos da la fuerza para mantener este criterio. Por lo tanto debemos educar para potenciar las capacidades de cada persona y enseñarle a hacer un uso cabal de la libertad, y eso requiere admitir la diversidad como la fuente generadora del impulso y el miedo como el freno, necesario también para dar tiempo a la reflexión y los ajustes.
    Nuestro modelo educativo tiene un inconveniente principal que choca de frente con este planteamiento, la necesidad de medir de manera matemática la calidad de la enseñanza, esta nace del miedo al error y la desconfianza en el ser humano, pero esa variable introducida en el sistema educativo lo condiciona en tal medida que lo hace demasiado rígido y mata la principal característica del ser humano, la creatividad que le da su inteligencia. Es por esto que la educación en España a optado por la monótona memorización de todo tipo de cosas en cualquier campo del conocimiento, desatendiendo los aspectos más generadores de impulso sin tener en cuenta criterios de innovación y originalidad, por que esa herramienta no se la ponemos en la caja.
    Abandonar el estudio de las humanidades,por considerarlos poco prácticos, sin fomentar el debate de las ideas y el uso de la razón. La nula presencia de la educación artística, en todas sus manifestaciones en la enseñanza reglada, música, pintura ,cine,…. La escasa presencia de la práctica científica constreñida a la aburrida memorización sin el disfrute del descubrimiento y el asombro que produce la constatación de la teoría. La nula presencia de la educación física y los enormes beneficios que reporta, individuales y colectivos.Etc…
    Comparemos este panorama con la educación en los países a los que queremos parecernos, quizás empecemos a entender la fuerza de la educación y lo que nos estamos perdiendo en talento desperdiciado, incluso a nivel económico como tasa de retorno negativa. Lo que tenemos son jóvenes frustrados y aburridos en las aulas, a los que incluso culpamos de su actitud y su indolencia, profesores autómatas en gran medida, que intentan pero no pueden, hasta que abandonan hartos y se dejan llevar. Jóvenes que aún así, en una gran mayoría, siguen intentando ser mejores que nosotros, saben más que nosotros por que son gente de este tiempo, pero eso que saben no es medible, no vale, no interesa, no tiene futuro. ¿O si lo tiene?.

    1. Manuel Bautista dice:

      Hola Santiago,

      En primer lugar, bienvenido a este blog. Se ve que vienes con ganas de aportar ideas y reflexiones y eso nos viene muy bien a todos.

      Estoy de acuerdo en que la educación es la tecla principal sobre la que hay que actuar, en una visión estratégica de país. De hecho, en este blog tocamos regularmente este tema.

      Comparto prácticamente la totalidad de lo que dices. No obstante, matizaría algo una de las cosas que has dicho, aunque intuyo que en el fondo quizás estamos diciendo lo mismo.

      Yo no dejaría fuera del debate político el tema de la educación. Además es imposible. Ya que, precisamente porque es la herramienta de transformación de la sociedad más importante que tenemos, es lógico que las fuerzas políticas opinen.

      Ahora bien, lo que sí hecho en falta es un auténtico debate público, y a fondo, donde no solo los políticos sino también todo tipo de expertos, padres, alumnos y ciudadanos en general, discutamos sobre qué consideramos lo más importante para el ser humano (y para el conjunto de la sociedad) y para su formación; qué debe formar parte del ámbito escolar y qué no, etc.

      Tras ese debate, las fuerzas políticas tendrían que intentar (y ahí coincido contigo) un amplio consenso para que se tradujese en un sistema educativo estable sin los bandazos legales a que nos tienen acostumbrados. Porque, efectivamente, no podemos seguir jugando así con este asunto.

      Por otra parte, a mí me parece fundamental que los ministerios y conserjerías de Educación dejaran un amplio margen de autonomía para que los colegios, públicos, concertados y privados, pudieran llevar a la práctica las fórmulas educativas que, ellos que están “a pie de obra”, crean que son más adecuadas. Y que los padres tuvieran la mayor libertad de elección de centros posible.

      Un cordial saludo y muchas gracias por tu comentario

  20. Santiago Tíscar García dice:

    Muchas gracias por tu bienvenida Manuel.

    A veces cuando uno llega a un sitio tiene la sensación de que es un buen sitio, le parece familiar por que conecta con su sentimiento y percepción de la realidad y es un alivio darse cuenta de que ya no está solo. Así que mi intención es quedarme mucho tiempo por aquí para aprender más y aportar lo poco que traigo.
    En cuanto a tu mensaje, estoy totalmente de acuerdo en que hablamos desde el mismo punto de vista e intenciones y me parecen muy acertadas tus matizaciones.
    Muchas gracias de nuevo

  21. Mª Pilar dice:

    Me asombra que no se hable de la sostenibilidad ni en el artículo ni en los comentarios. Uno de los comentaristas apunta al hecho de que antes eran necesarios muchos trabajadores por la propia ausencia de las máquinas, hoy en día mandamos a montones de electrodomésticos y máquinas al vertedero para no repararlos, y luego agotamos los recursos.
    ¿Qué pasa con el medio ambiente? No cuidamos los bosques, la tierra se desertiza o se erosiona por falta de mantenimiento, y dragamos los ríos con máquinas produciendo daños, para no pagar salarios por estas tareas, pero pagamos rentas para estar en el paro.
    La crisis es fiscal, de rentas y también de valores y visión.

    1. Jack dice:

      La crisis claro que es de valores y vision. Pero sobre todo es la crisis de consciencia. La falta de ella.

  22. Juan dice:

    Menos rollo con lo de repartir el trabajo y repartir el sueldo; aquí lo que hay que repartir es la riqueza pues mientras unos tienen montones de dinero gandos con prácticas muy dudosas de ser legales o por lo menos éticas otros no tienen dinero ni para comer.
    Solución:
    Repartir la riqueza,acabar con el consumismo,garantizar hogar y comida a todos los ciudadanos,controlar la natalidad (1 hijo por cada matrimonio o como mucho dos),tender a la reducción demográfica,si existe trabajo, entonces alternar a los trabajadores en el trabajo de manera que nadie se quede sin trabajar, no tener diferencias de sueldo.al que haga méritos se le da un premio y punto, gestión democrática,etc.

  23. Frank Rivas dice:

    Mi opinión es: Pobre del que sea asalariado…

  24. vergonion dice:

    Dire que soy Analista/Programador y Técnico Informático. Hace 4 años y medio de paro, por lo cual en mi caso, no estoy para comerme falsedades, puesto que si fuera la situacion de que mi profesión sería de las que más tendrían posibilidad de insercion en el mercado, pues no, gran mentira, y más en un país de planteo ridículo sobre las actividades económicas que existen(triviales, sean bares, peluquerías, limpieza de fachadas de edificios y poquito más). Es que está de más agregar que la política de esta tierra es de acomodados (que siempre tienen puesto asegurado, exista o no crisis).
    La única que queda es encender la lamparita y poder implementar una aplicación para móviles (por ej.), que sea la atraccion y/o la necesidad de muchas personas (y esto no es nada facil determinarlo, habiendo grandes corporaciones en el tema, ya conocidas, detrás de la detección de necesidades y oportunidades con el lógico respaldo financiero sobre el que se sustentan).
    Conclusión, dependiendo de donde se viva, la suerte que se poseea de acceder o conservar el empleo.

  25. Luis dice:

    Mi estatura intelectual, claramente limitada, no me permite entablar un debate retórico sobre el asunto en cuestión, pero mi sentido común me dice que hay una solución simple, realista y efectiva: REPARTO DEL TRABAJO YA.

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