A lo largo de la historia de las democracias ha habido diferentes modelos de participación de la ciudadanía en las elecciones; desde sufragios restrictivos, como el masculino o el censitario, hasta el universal, el más común y frecuente en nuestros días.

Tras décadas en las que impera la idea de “un hombre, un voto” en las consultas, elecciones o censos, se puede hacer una valoración global de los efectos que ha producido en el mundo de la política este sistema de organización. En términos generales se aprecian de forma generalizada tres fenómenos que sería importante analizar: uno, el carácter populista, y hasta demagógico que adquieren los programas y líderes políticos con este sistema; dos, una notable ausencia de propuestas de fondo, de largo alcance, sobre planteamientos que requieren de un recorrido mucho más amplio que el de las legislaturas que jalonan los procesos electorales; y tres, todo el tinglado de los aparatos de los partidos con el único propósito de alcanzar el poder a toda costa.

Estos tres elementos han contribuido a que el panorama político general de las democracias occidentales haya ido progresivamente decayendo en la calidad y contenido de las propuestas, en beneficio  de otros aspectos, como el carisma, la capacidad comunicativa y de persuasión y las políticas de estética, marketing o imagen, que impulsan cuestiones más banales y deterioran las esencias democráticas.

Quizá sea el momento en que, reconociéndose el derecho generalizado de cualquier ciudadano adulto y capacitado a participar de la vida pública, se plantee una vuelta de tuerca más hacia la consecución de una sociedad activa y madura, y se eviten los vicios adquiridos y los hábitos nocivos que están contaminando la política actual. El tema tiene especial importancia en unos momentos en los que la impresión que se tiene es que el mundo de la política ha copado los principales puestos de poder, impidiendo que lleguen a cargos de responsabilidad aquellos que pueden guiar mejor a los grupos humanos hacia derroteros más propios de las sociedades avanzadas, y que las propuestas sobre las que giran los avatares políticos parecen más propias del siglo XIX que del XXI. Véanse al respecto como los temas que dominan la esfera pública son los ricos vs los pobres o las luchas de clases, las reivindicaciones territoriales, la jefatura del Estado, el alcance y la extensión de los servicios públicos, o el dominio de los derechos en una sociedad de bienestar.

Paralelamente, hay un importante grupo de ciudadanos que difiere en su óptica de la realidad sobre estos problemas, y configura en su día a día prioridades que poco tienen que ver con aquellos temas, y así lo que les preocupa más no es el carácter de la educación sino el sentido y contenido mismo del mundo educativo, la forma en que la salud es entendida en su propia vida, la manera en la que se estructura el trabajo y el tiempo libre, la aportación de las tecnologías a su realidad cotidiana, los vínculos afectivos y las distintas formas en las que se estructuran sus relaciones y como todo ello influye en su desarrollo personal, o la importancia de los alcances del mundo de la ciencia.

Visto así, se puede decir que la forma en la que la política está estructurada en nuestro mundo se nos aparece más como un obstáculo que como un acicate, como trabas en vez de cómo estímulos, como requisitos con los que cumplir o peajes que pagar más que como un mundo de debates sobre los que establecer los derroteros de una sociedad que quiere más mirar hacia adelante que resolver las disputas de sus abuelos.

Todo ello es la consecuencia inevitable de una alianza invisible entre la clase política y el electorado, un pacto propiciado por los primeros en el que parece oírse algo como “Dime lo que deseas y te diré que yo te lo consigo”. Y quien más capacidad de persuasión tenga, que suele ser el más superficial y mediocre de todos, será el que se lleve el gato al agua. Nada que ver todo ello con el sentido de las democracias, o la política como un cuerpo activo que recoge y representa las líneas y direcciones hacia las que transitan las sociedades.

Al final los colectivos más implicados e interesados acaban por claudicar ante una masa electoral ingenua, fácilmente convencible, y escasamente consciente, y se dejan llevar por los cantos de sirena de grupos de indignados a los que se les ha acabado, sobrados de motivos, la paciencia.

Decía no hace mucho un famoso dramaturgo, que para recuperar la calidad democrática sería necesario que los poderes, entiéndase partidos políticos y todo el aparato del Estado, renunciaran a fomentar la participación en las elecciones, para que se dejara que entender el voto como un derecho o una obligación ciudadana, y se pasara a creer en ello como una responsabilidad. Entendiendo el voto como la responsabilidad de un elector, habría que preguntarse sobre la manera en que dicha responsabilidad es ejercida, es decir si existen los conocimientos básicos, el sentido de globalidad sobre sus decisiones, las competencias políticas suficientes, la visión general de los problemas sociales y políticos, que avalen el nivel de conocimientos necesarios para que su opinión pese en los órganos de representación elegidos. Parece que sería especialmente importante buscar fórmulas útiles mediante las cuales ejercer un derecho fundamental como es el voto, se apoyara en algo más que el simple hecho de poseer el DNI.

Otro intelectual indignado sugería que, si para poder trabajar en la hostelería es necesario una formación previa que asegura los conocimientos básicos para ejercerla obteniendo el carnet de manipulador de alimentos, que si para conducir se exigen unos estudios y un examen que garantiza que la persona sabe manejar un vehículo, y que para ejercer diferentes profesiones se pide una formación previa no exento de ciertos niveles de exigencia, ¿por qué, para algo tan trascendente como la elección de las personas que van a gobernar, solamente es necesario tener la nacionalidad y ser mayor de edad?

Decía que sería cuestión de proponer que haya unas pruebas de acceso al voto, por ejemplo al estilo de nuestra Selectividad,  en las que algunas preguntas esenciales sobre los conocimientos de la deuda pública, la organización de los presupuestos del Estado, las estructuras socio-económicas de un país, los modelos sanitarios y educativos occidentales, o la historia de las democracias, dieran lugar a garantizar que quien elige sabe lo que hace. Desconozco si algo así es adecuado y habría maneras mejores de conjugar derechos y calidad de voto, pero tendría el mérito de sondear fórmulas que hicieran sustancialmente mejorables las democracias actuales.

Y se me ocurre que mezclado con estas cuestiones se podría también preguntar sobre la actualidad “social”, y así saber si se conoce suficientemente las últimas proezas de Paquirrín, los actuales amores de la hija de la Pantoja, o el principal escollo en la vida afectiva de Belén Esteban. Eso sí, estas respuestas correctas puntuarían en negativo. Y se podría obtener el carnet de “Sálvame/le”, con el cual se incluiría una orden de alejamiento a 500 metros de cualquier mesa electoral.

18 comentarios

18 Respuestas a “¡SUFRÁGATELO TÚ!”

  1. José María Bravo dice:

    En tono sarcastico, Peiro, toca un tema espinoso. Quien debe votar?. Todos sabemos el devenir de la Democracia. Todos sabemos que la calidad del voto es importante en una Democracia. Podriamos decir «votar a consciencia». Pero a consciencia de que?.

    La consciencia tiene una connotación moral. Podría uno decir votar sin prejuicio. Mirando de cara al otro. Abstrayendo nuestro Ego. También, si miramos de pasada, los aristocratas tenían una condición moral por eso gobernaban.

    En la Democracia. Si nos vamos a su origen. El Demiurgo era el creador y el Cratos era la personaficación del creador. O sea había una consideración sustancial del Ser Humano.

    Ahora, es evidente que no vivimos en una Democracia original, o real, o como se quiera decir. Es verdad que ni los de arriba ni los de abajo votan a consciencia. Ironicamente, los de abajo no votan porque no saben por quien hacerlo. Y, los de arriba votan por sus intereses.

    Yo diría más allá, habría que modificar muchas cosas del censo electoral Entre otras, se deberían fortalecer las municipalidades y no este afán centralista de poder. Votamos a un Presidente Nacional y a un Presidente Europeo impuestos por lo más opobrioso, desde siempre de la Democracia, los oligarcas que fueron llamados en esas espocas «la forma degenerada y negativa de la Aristocracia»

  2. Maximilien Robespierre dice:

    Se me ocurre que mejor invertir el orden de prioridades.

    Debatamos sobre los «Los estudios de los políticos»

    Por ejemplo

    http://garciamado.blogspot.com.es/2014/06/los-estudios-de-los-politicos.html

  3. José Maria Bravo dice:

    Sinceramente Robespierre por qué rebajar el tono y llevarnos a ese link » poliquero» ?

  4. YoQuin dice:

    ¡Qué curioso!, ese argumento que planteas, con las variaciones propias y naturales de una masa encefálica distinta, se ha paseado por mi sesera más de una vez. Incluso ha protagonizado debates, más o menos jocosos, entre algunos de mis amigos y yo. Y lo cierto es que tras darle muchas vueltas al tema he llegado a las siguientes conclusiones:

    1 – La democracia, en el sentido del voto universal, es de entrada un sistema justo (porque todos los votos tienen el mismo valor)
    2 – La democracia, en el sentido del voto universal, es de entrada un sistema Injusto (porque todos los votos tienen el mismo valor)

    Como bien dice usted, ¿puede tener el mismo valor el voto de José Luis Sampedro (suponiendo que siguiese vivo, claro) que el de Paquirrín?
    Está claro que no. Entonces, ¿cómo evaluamos el voto? ¿Qué clasificaciones le ponemos? ¿Quién decide las mismas? ¿Quién las aplica? ¿Quién las evalúa y vigila?.
    En el caso de aplicar una prueba de acceso, como usted propone, ¿Cual es el nivel? y sobre todo ¿respecto a qué?… ¿economía, estructura de estado, salud, educación…? ¿y esos conocimientos mínimos que nos aseguran?. Estoy seguro de que Montoro y Gallardón, por poner dos ejemplos, tienen nivel para pasar esa prueba, y sin embargo ya ve usted que par de ejemplares dirigen nuestro país.

    Resumiendo. «El principal problema de la democracia es que todo el mundo puedo votar», pero, ésta es también su principal virtud.

    El pueblo, sabio o ignorante, elige a sus representantes, y nos guste o no, el gobierno actual representa perfectamente nuestra sociedad.

    ¿No nos gusta? ¿Queremos cambiarla?. Estoy de acuerdo, pero ¿Por qué no cambiamos nosotros para cambiar el sistema?.. quizás sea más efectivo.

    Un saludo

    Joaquín M.

    1. colapso2015 dice:

      “El pueblo, sabio o ignorante, elige a sus representantes, y nos guste o no, el gobierno actual representa perfectamente nuestra sociedad. “

      No es fiel el principio de representación, por lo tanto no se puede representar a nadie. Me copio y me pego:

      Vamos a ver, debería saber que la representación en la antigüedad no era admitida. El cambio significativo se dio al aceptar al hombre como un espíritu (influencia derecho canónico) y no una cosa. Por lo tanto, al igual que hablamos del extraño concepto de personalidad jurídica, al ser el hombre un conjunto de voluntades en la nueva cosmovisión, puede ser representado en UNA VOLUNTAD o conjunto acotado de voluntades. La representación política fue expuesta por Marsilio de Padua en un entorno que a tal cosa apuntaba.
      Con ello, en el mundo actual tenemos abogados, procuradores, gestores de fondos, empleados de sociedades anónimas, banca online y muchas otras cosas de difícil ejecución desde la perspectiva de ser-humano-cosa (cuerpo).
      Debe percibir que el hecho de delegar UNA VOLUNTAD implica el hecho de ser representado. Pero a su vez si no se tiene la capacidad de revocar ese mandato deja de ser representativo. Igualmente el individuo NO ES representado en su totalidad sino para un conjunto de voluntades.
      ¿Quien es el responsable en una lista proporcional?¿me puede explicar cómo se desaloja si falta a la voluntad del representado?¿quien es el responsable de toda la lista el segundo el cuarto el undécimo? ¿A quien corresponde LA VOLUNTAD de la lista, al segundo al tercero?¿alguien puede conocer la voluntad de una lista proporcional si el primero dice una cosa, el segundo otra y el cuarto otra? ¿O debemos esperar a que “el aparato” del partido dicte la doctrina general?
      La lista proporcional es ANTI-representación, pues con la elección se descuenta al elector de la ecuación. Se establece una pirámide de reducción que pretende falsamente establecer una democracia directa*, lo que no dice es que en cada salto de elección (en cada exclusión) vamos escalando hacia la elección directa de una élite, esto es una oligarquía.
      Cuando usted elija su asesor fiscal, abogado pruebe con una lista proporcional, ya me dirá como le va. O haga las trasferencias bancarias con una lista proporcional veremos donde acaba el dinero,…, me hago una idea del resultado.
      Una lista proporcional tiene de representativa CERO.“

      A lo cual añado, el gobierno no representa la nación, la cual está en la asamblea si se cumplen los parámetros de representación. En España no se cumplen.

      El voto censitario es anterior al voto universal, la visión iroquesa de la democracia tiene una gran virtud. No sólo por la racional del sistema que impregna la universalidad del voto, sino también porque las diferentes élites (no sólo económicas) se ven obligadas a ganarse el favor de la masa (también pueden optar por engañarlas). Y con ello, obligar a esas élites a impulsar el avance conjunto de la sociedad, si quieren el suyo propio. Un “remake” del sentido de libertad griego, es decir la libertad se ejerce DENTRO de la sociedad. Lo cual moldea la hegemonía y encarrila la moral pública y por lo tanto la ley. Se percibe tal lucha en su dicotomía Paquirrín vs José Luis Sampedro.

      1. José Maria Bravo dice:

        Estimado Colapso.
        Interesante reflexión. Es evidente que el derecho al voto restringido o la eleccion por sabiduria, digamosle «tribal» , podria significar un paso al vacio.

        Quizás, interpreto, lo que usted defiende son «las listas abiertas». Es cierto, seria lo ideal. El problema, desgraciadamente, persiste y por algunas razones que yo creo a considerar.

        En un sistema tan centralista y con nucleos de poder enquistados en la «oligarquia». Vease económica y política. Los elegibles terminan siendo los que entrañan esos intereses.

        Por eso considero que se deben fortalecer las municipalidades. Es donde puede existir una Democracia » directa»

  5. YoQuin dice:

    Reconozco que se me hace harto complicado siquiera el puntualizar algo ante un texto tan concienzudo y juicioso como el suyo. Teniendo en cuenta que usted es capaz de sustentar su argumentación con referencias que denotan una erudición mayúscula, como “Marsilio de Padua” o la “visión iroquesa”, creo que es justo advertirle de que en este intercambio de pareceres es muy posible que a la hora de contabilizar lo que de uno aprendió el otro, quede usted en desventaja. No es chanza, no tengo una coma que mover de su texto. Sobre todo, porque estoy de acuerdo.

    Sin embargo, sí me gustaría puntualizar algo. No quise decir que el pueblo es representado por el gobierno. Lo que trataba de mostrar, y no he conseguido, es al gobierno como espejo o proyección de aquello que como sociedad somos. Idea con la que, por supuesto, tampoco tiene por qué estar de acuerdo, pero que se aproxima más a lo que quería expresar.

    Una sociedad que mira para otro lado ante la corrupción, por ejemplo, tiene, como no puede ser de otra forma, un gobierno corrupto (naciente de un parlamento en gran parte podrido).

    La clave de todo esto creo que está en este párrafo de su texto anterior:

    “…el hecho de delegar UNA VOLUNTAD implica el hecho de ser representado. Pero a su vez si no se tiene la capacidad de revocar ese mandato deja de ser representativo. Igualmente el individuo NO ES representado en su totalidad sino para un conjunto de voluntades.”

    Son dos puntos fundamentales:

    1- No existe carta blanca (la representación es parcial)
    2- Democracia de participación continua (sin derecho de revocación no hay representación fiel)

    Gracias. Un saludo

  6. José Mª dice:

    Una de las características de las democracias, el menos de imperfecto de los sistemas de gobierno, a juicio de un inglés conservador y pragmático que ofreció a sus ciudadanos sangre, sudor y lágrimas, es que está siempre en crisis, porque puede estarlo, porque nadie lo impide a la fuerza. Discrepo de que el mundo de la política haya ocupado todos los resortes de poder, más bien al contrario ha sido arrinconada por el poder económico, quien realmente gobierna el mundo. No es que sea antigua y «demodé» la lucha de clases, lo que es antiguo es que sigan existiendo las clases e incluso avanzando las diferencias sociales.

    Dejará de preocuparnos la universalidad de la educación, de la sanidad, cuando esté garantizado que llega a todos, que no son causa de la profundización de las desigualdades.

    En fin yo no se si la cuestión es comparar a Sampedro versus Paquirrin para determinar el corte entre los aptos y los no aptos para ser electores, o en definitiva se pretende trasladar ese binomio entre un MBA de Palo Alto y un jornalero de la Sierra Sur de Sevilla.

    Es para pensar.
    osw singlés

  7. Loli dice:

    El concepto de «democracia», viene de lejos, y aún no hemos sido capaces de desarrollarla en todo su potencial.

    Es más, se podría decir que estamos degenerando su espíritu.

    Platón ya planteaba la responsabilidad de todo ser humano de no vivir su vida de forma irreflexiva. Para él, el hombre no es un individuo y un ciudadano por separado, si no que se desarrolla como hombre en la sociedad, en la «polis».

    Es ahí, donde adquiriría el aprendizaje que requiere para desarrollar las potencialidades y las virtudes de su «alma», lo que le acredita como «ser humano».

    No entendía, pues, la política sin ética y moral, pero no sujetaba estos conceptos a convencionalismos, como si parece que lo hacían los sofistas, si no que los tomaba como conceptos que abarcaban mucho más y precisaban de profundización y a los lo habían hecho y poseían conocimiento sobre ello, los sabios, se les suponía podían ser buenos gobernantes, con la responsabilidad de mantener y subir el nivel de su desarrollo humano de la ciudadanía que iban a gobernar.

    El individuo-ciudadano, tendría, por su parte, dos responsabilidades, al menos, también:

    Desarrollar sus potencialidades como hombre en seno social, que es donde puede hacerlo, y no actual irreflexivamente, o al menos buscar la manera de no hacerlo, porque las consecuencias de esa acción recaen sobre el resto de las personas que interaccionan con él.

    Si las actuales estructuras que soportan nuestra «democracia» ahondaran más en el aspecto profundo de la misma, igual se podrían plantear buscar los cauces necesarios para elevar el nivel de sus sociedades desde todos los puntos posibles, sin excluir edades ni estados.

    Que un sistema de Gobierno, que se denomina democrático, consienta en seguir manteniéndose a costa de nutrirse de votantes ignorantes, es un sistema prácticamente parasitario.

    ¿A quién le interesa ese estado semihipnótico de sus ciudadanos, en el que se mantienen nuestras democracias?.

    ¿Porqué me recuerda esto, como a Enrique en uno de sus comentarios, a «Matrix»?.

    1. Juan Teruel dice:

      No imagino a Platón teniendo que dar credibilidad al nivel de deterioro monumental de nuestras democracias occidentales, especialmente la española. Cuando los que «más mandan», que deberían ser los referentes morales y éticos de un sistema creado para que todos participen, son los más espectaculares delincuentes de entre todos los ciudadanos, algo muy, muy grave sucede.

      También supongo que el filósofo interpretaría que si un sistema creado hace aguas, es porque se va abriendo camino otro que amplíe y mejore el anterior, por lo que ese sentido de responsabilidad de los ciudadanos al que alude, tendría que concretarse en algo que fuera en la línea de lo que plantea el autor, aunque yo no coincida con él.

      El Poder como cualquier otro sistema tiene sus ciclos, sobre los cuales van cambiando los formatos con los que se sostiene. No creo que hace cien años se pudiera imaginar un sistema electoral como el que tenemos, y sin embargo ahí está. Dentro de otros cien no creeremos lo que entonces suceda, pero al igual que antes, tendremos que ir pugnando por ello desde ya.

      La semihipnosis a la que hace referencia no puede perpetuarse, simplemente porque no es el estado natural del ser humano. La cuestión es el coste que este «estatus quo» puede suponer.

  8. Manu Oquendo dice:

    Supongamos un ascensor en el cual entran apresuradamente, justo antes de que se cierre la puerta, mamá loba y sus dos cachorros ya de un añito, –es decir, con uso de razón, derecho a voto y siempre hambrientos– y que al apretar el botón para subir al mirador panorámico del último piso se encuentran con Caperucita y su cesta de mimbre camino del ático de su abuelita.

    La cesta huele estupendamente, –dos tortillas de patata con cebolla y pimiento verde cubiertas por unos filetitos de ternera de antaño, empanados «comme il faut»–, y en un segundo el colectivo social del ascensor cae en la cuenta de que hay una mala distribución de la riqueza y del bienestar que debe ser resuelta democráticamente.

    Dicho y hecho. Se vota y se reparte la cestita entre los dos cachorros ante la atenta y equitativa supervisión de mamá loba cuya mirada, benévola pero no olvidadiza, recuerda a Caperucita que quizás ha salido demasiado bien librada.

    Un aviso de que si vuelven a coincidir en el viaje de bajada es posible que se les ocurran más cosas porque la distribución de pantorrillas también dista mucho de ser equitativa y sus cachorros ya se han dado cuenta de la injusticia y miran con curiosidad hacia su madre.

    De momento parece que se han conformado con la cestita porque es asimilable a un bien económico y los fueros del territorio todavía dicen que hay que respetar las pantorrillas relucientes de las Caperucitas so pena de prisión menor en el correccional del bosque–a cuenta de los padres de Caperucita–.

    Pero que quede claro que ya hay en Sherwood mucha gente que democráticamente se cuestiona que unos tengan patitas escuchimizadas y peludas y otros las vayan exhibiendo para hacer rabiar a los pobres cachorrillos.

    No es justo.

    PD. En esta coyuntura de crisis de Paradigma éste es sólo uno de los aspectos del sistema que convendría repensar.

    1. colapso2015 dice:

      He leído dos veces su comentario y tengo dudas de si lo he entendido.

      ¿Insinuá usted que la “democracia” liberal, esto es el capitalismo* in-“votado” hace aguas?
      O insinuá, la loba tiene demasiados hijos, porque cuando migró de Germania a UK, desde las selvas. Llegó a destino y con las costumbres colectivas, heredadas de la costumbre selvática de los invasores mundiales (Germanos: Vándalos en Andalucía, Alemanes en Alemania, Suevos en Galicia,…), cuando fraguó en Britania el parlamentarismo**, en forma de la Carta Magna y la Carta del Bosque. Entre movimiento para arriba y para abajo (el ascensor) mientras llegaba el capitalismo* la propiedad común (Carta de los Bosques) desapareció no se sabe cómo, y ahora los lobitos andan olfateando, por si acaso encuentran el hueso enterrado después de la revolución industrial (15% descenso población),…, vendida como el mejor de los mundos posibles,…
      No sé si se ha entendido,…

      *: parecido a lo que dice Fernand Braudel, y como elemento distinto del mercado bajo el Imperio de la ley.
      **: http://www.youtube.com/watch?v=qCjK-XHGGc

      1. José Maria Bravo dice:

        Estimado ya que tocas un tema como el asunto Civilización-Cultura. Valdria la pena analizar si los acontecimientos como el 15 M o los partidos políticos en su afan de rejuvenecimiento de sus lideres tiene que ver con un simple cambio de hábitos o de una coyuntura que tendra consecuencias en la Cultura política.

      2. V dice:

        Hoy no es domingo pero hare una obra de caridad con Colapso2015 (que poco te queda). A ver, los lobos del sr. Oquendo son lobos hobbesianos, nada que ver con los lobitos de Arminio o la loba romana. Es la vieja neura liberal para descalificar la democracia: una reunión de un lobo y una oveja decidiendo que hay para cenar.

        Moraleja, necesitaremos un pastor firme y algunos perros de prensa para acojonar el lobo Podemos, no sea que se dedique a predicar las bondades del mercado libre y las ovejas no quieran aparecer en el menú.

        En fin, muy instructivo pero poco liberal.

  9. Ojoclaro dice:

    Un escritor de ciencia ficción en una de sus novelas planteaba una sociedad en la que para votar se debía tener la categoría de “ciudadano”, que no todos los habitantes tenían, primero debían demostrar sus capacidades en diferentes ámbitos de la sociedad y logrado esto adquirían esa categoría. Quizás suena discriminatorio, clasista, utópico etc… pero tal vez no estaba tan mal pensado.
    Si el derecho a votar fuera ejercido por ciudadanos capaces, pensantes, que se involucraran con su sociedad, que no fueran tan manipulables e influibles como somos los ciudadanos en nuestra gran mayoría, tal vez la sociedad funcionara mejor.
    De ese modo quizás las asociaciones políticas y los distintos grupos de poder que hoy nos usan como sus borregos no lo tendrían tan fácil para hacer de nuestra sociedad su cortijo. Tampoco surgirían “mesías” a querernos dorar la píldora para ganarse un lugar en el Olimpo de la política y quizás, los que compondríamos la masa no electoral nos preocuparíamos por ser mejores y poder optar al título de Ciudadano.
    Creo sinceramente que mientras votemos todos del modo que votamos, NO mejoraremos nuestra sociedad. No analizamos, no nos involucramos, no pedimos cuentas, no recordamos, solo sabemos decir “y tu mas”,
    ¿Cómo es posible que nuestros partidos políticos hagan lo que hacen (TODOS) y les sigamos tolerando?, ¿Cómo es posible que nazca un partido con un programa descabellado y logre 1,200.000 votos en las europeas?, ¿nadie piensa?.
    Este sistema no funciona no por culpa de los políticos, sino por culpa de toda la sociedad, incapaz de involucrarse y mejorarse.
    Quizás la solución sería que votaran los que saben que están votando y por qué, nada mas ellos.

    1. José María Bravo dice:

      Ojoclaro dice cosas que engloban una critica general a los politicos. Yo creo que hay que analizar una critica a la politica.

      En comentarios anteriores se tocaba el concepto de Democracia. Podemos afirmar que esto no es una Democracia y si lo fuera la elección tendría un significado para todos los ciudadanos, sin distinción. Es un asunto conceptual, es un asunto moral, es un asunto estetico.

      Decía John Rawls :»Los principios se eligen detrás de un velo de ignorancia». Nadie puede juzgar al otro, nadie tiene derecho a hacerlo. Este es un principio filosofico. Este es un principio esencial en los Derechos Humanos. Los tribunales de justicia juzgan actos de los hombres, no juzgan al hombre. Por eso, quizas, es aberrante la pena de muerte. La vida, lo sustantivo del hombre, es sagrada.

      Si hablamos de «sabiduria» o de «ignorancia», entrariamos en un debate complejo. Leeríamos a Sanchez Ludeña, comentariamos, con el, que es la Educación. Nos meteriamos en que es la masificación, el adoctrinamiento, la politización.

      Si caemos en el monotema de que si votar por Podemos es «aberrante» o por Camps o por Mas o por Matas o por Chaves. A que llegamos?. Esa no es la elección, ese sufragio esta adulterado

  10. V dice:

    La solución no es restringir el voto, sino restringir las elecciones por sufragio universal. Cómo dice usted??? Ampliando y depurando en su caso la representación. Cómo?? Históricamente nunca ha habido más participación política que en la experiencia Ateniense, utilizando el sorteo.

    Me explico, la pretensión de concienciar el voto, y me refiero al voto en el gobierno representativo, es inútil sobre todo por una razón fundamental: porque limita la participación al acto de votar cada x años, simplemente.

    No sé quién dijo que el que se deja gobernar ya no es bien gobernado. Pues utilizando un símil votar a un candidato es como montar un niño en un caballito de noria los días feriados. Elija el caballito que elija, este dará vueltas y vueltas hasta que el niño acabe por hartarse (abstención) o los padres acaben con el bolsillo vacío (corrupción), dependerá de la resistencia al mareo de cada uno.

    Es un trampantojo para incautos bien montado, hay que reconocerlo. No se preocupen si no me entienden, enlazo a sitios que además de explicarlo mejor, ofrecen terapias contra el abuso político a menores ..digoo votos:

    http://insaculacion.blogspot.ch/

    http://sistemaencrisis.es/

    Un saludo

    PD La verdadera participación política tiene una gran ventaja, no hay que sufragarla porque es voluntaria.

  11. Yo misma dice:

    Curiosa teoría de la democracia, si los 1.200.000 votos los sacan PP$O€ , la democracia està siendo vàlida, si los saca una nueva formación política de caràcter mas social…la democracia está siendo como de peor calidad..vamos ya!!!—-Resulta que se regalan unos oncemil millones de euros a un banco- este es vendido a bbva por unos mil millones- el estado recuperarà unos 900millones de euros, se volatilizan cómo si nada unos 10.000mill. De euros y tal POLITICO nos cuenta que la Operación se ha hecho al minimo coste para el ciudadano, mientras te inflan a recortes en las cuestiones bàsicas humanas..salud- educación etc..y se prevé una reforma laboral de la leche sacada de ese Faes- que recibe unos 500 mill. De euors-año del estado español…así las cosas, entendiendo o no de la Esteban y su andreíta, de la Pantoja, el paquirrín o su chabelita o de la mismisima Lola flores– la faraona, que en paz descanse, me reservo esto de ir a votar o no..en mi libertad està el hacerlo a no..porque con semejante clase política, creo que me voy a botar (ir) un tiempo a monte perdido- huesca- pirineos…a reflexionar sobre la caradura-jeta que tienen algunas personas..que, aparte de saquear impunemente los caudales públicos todavia se atreven a decir, sin pudor ninguno..que todo es por el ciudadano- y al mínimo coste…todavía me pregunto si nos toman por imbéciles o por idiotas?, o por la dos cosas a al vez?—-

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