Todo el mundo sabe quién es Albert Einstein, no en vano muchos de los que leen esto seguramente han tenido colgada en su habitación la foto en la que sale con la lengua fuera (la más reproducida en el siglo XX después de la del Che, por cierto), pero poca gente conoce al que fuera su mejor amigo en los últimos años de su vida: el matemático Kurt Gödel.

Gödel era un matemático y filósofo austriaco que pasará a la historia como una de las mentes más brillantes del siglo pasado, alguien que revolucionó las matemáticas y tuvo un enorme impacto en la forma de entender la Ciencia y la Filosofía del siglo XX; una de esas mentes cuyo nivel de abstracción les hace alcanzar unos parámetros de pensamiento que se escapan al del común de los mortales, y ven al instante cosas que los demás no vemos.

En 1938 Gödel residía en Austria y cuando esta pasó a ser anexionada por la Alemania Nazi, para huir del servicio  militar obligatorio, aceptó un cargo docente en la Universidad de Princeton, donde trabajaba también Einstein. Una vez instalado allí, y tras haber pasado un tiempo en los Estados Unidos, Gödel pidió la ciudadanía estadounidense, pero para conseguirla debía someterse a un examen en el que se probara que estaba preparado para ser ciudadano americano.

Siendo una persona metódica y rigurosa, lo primero que hizo Gödel para preparar su examen fue estudiarse de cabo a rabo la Constitución de los Estados Unidos y, en palabras del economista Oskar Morgenstern, quien junto con Einstein debía ser uno de los testigos que le acompañasen en la ceremonia por la que se le concedía la ciudadanía, encontró tal cantidad de contradicciones en el texto legal que su mente analítica estaba totalmente escandalizada. Gödel no daba crédito a la debilidad «lógica» del texto más importante de la legislación americana y estaba indignado, hasta el punto de que Morgenstern y el mismo Einstein tuvieron que rogarle que no sacase el tema a colación ante el juez que debía decidir sobre su ciudadanía. No obstante, para sorpresa de todos, y pese a las advertencias de sus ilustres amigos, en mitad de la entrevista Gödel no pudo refrenarse y, sin venir a cuento, empezó a contar al juez como la Constitución de los Estados Unidos permitía, con sus contradicciones,  que una dictadura como la de Hitler pudiera instaurarse en el país de forma perfectamente legal. La historia acabó bien, ya que ni los testigos ni el juez le dejaron explayarse demasiado, y Gödel consiguió la ciudadanía, pero es ilustrativo de lo poco lógica que resulta la Ley en muchas ocasiones cuando se analiza desde fuera con una perspectiva nueva.

Porque la anécdota histórica a la que acabo de hacer referencia habla de la Constitución Americana, pero dudo mucho que ningún texto jurídico pudiese resistir el análisis de una mente analítica poderosa como la de Gödel. Además, dejando de lado las incoherencias internas que pueden contener los textos jurídicos, vivimos en un Estado de Derecho en el que,  por mucho que traten de hacernos ver que la Ley es justa, que es igual para todos y que se aplica de la misma manera, a nadie escapa que ninguno de estos axiomas (por utilizar una  terminología que le gustaría a mi admirado Gödel) es cierto.

Lo primero con lo que tratan de hacernos comulgar es con lo de que la Ley es justa, cuando todos somos conscientes de que en muchas ocasiones, ni en su letra ni muchas veces en su espíritu, las leyes lo son. Solo hay que ver, solo por tocar un punto, la discutible gradación de las penas en el código penal: es cierto que lo que a mí me puede parecer un crimen de capital importancia para otro puede no ser más que un pecado menor, pero no deja de resultar llamativo que a los piratas somalíes juzgados recientemente en España, piratas de verdad, de los sanguinarios, de los de pata de palo y parche en el ojo, les hayan caído penas de cárcel de ocho años, solo un poco mayores que los hasta seis años de privación de libertad que según el último borrador presentado por el Ministerio de Justicia le pueden caer a un piratilla informático; un adolescente con una web de enlaces en internet puede pasar en la cárcel casi el mismo tiempo que el líder de una banda de secuestradores y asesinos. En este orden de cosas tenemos también, el hiriente caso del reciente fallo del Tribunal de Estrasburgo, que más allá de otras consideraciones nos ha recordado a todos que hay presos comunes, condenados por delitos menores, que van a pasar en la cárcel el mismo tiempo que ciertos asesinos sanguinarios por matar a sangre fría a decenas de personas.

También nos dicen que, justa o no, la ley al menos es igual para todos y se aplica de la misma manera, cuando es evidente que la administración de la justicia depende mucho de quien seas, aunque solo sea porque de tu capacidad económica depende en gran manera que puedas agotar todas las posibilidades que te ofrece el Estado de Derecho. Si tienes dinero para contratar un buen abogado, uno de esos que agotan los procedimientos y conocen los recovecos de la Ley, es muy posible que la venda que tapa los ojos de la Justicia no sea todo lo tupida que debiera, porque si no, como nos ha recordado recientemente William White, presidente del Comité de Economía y Desarrollo de la OCDE: ¿cómo se explica que haya tan pocos banqueros en la cárcel?

Y es que ni entre las élites el trato es igual para todos; sin ir más lejos, hace poco incluso la consejera delegada de Bankinter se quejaba de que se castigase a Jaime Botín (con todo el sentido y muy laxamente, como no podía ser de otra manera tratándose de un banquero, por cierto) mientras que todos los que habían hundido las cajas y nos habían costado a los españoles decenas de miles de millones de euros se iban de rositas a sus casas, muchas veces con indemnizaciones millonarias.

No soy jurista, y con todo mi respeto hacia los juristas, tampoco lo quiero ser, aunque solo sea porque como dice un famoso dicho: «hay personas a quienes les gustan las salchichas y respetan las leyes, y es debido a que no han visto cómo se elaboran ninguna de las dos cosas». Como yo soy de los que respetan la Ley, aunque muchas veces no me la crea, me gustaría al menos que esa Ley que respeto y que permite que vivamos en sociedad trate de adaptarse al signo de los tiempos, simplificándose los procedimientos, acortándose los plazos, racionalizándose las penas en función de los crímenes y buscando que desde la Sociedad tengamos al menos la percepción de que la Justicia es justa.

5 comentarios

5 Respuestas a “¿ES COHERENTE LA LEY?”

  1. Victoria dice:

    Vaya tema espinoso has tocado, Raúl.

    La Justicia es un valor o una aspiración tanto de la Ley como de su aplicación, pero que se perciba es otra cuestión.

    En principio, el poder legislativo adolece de base, formación, coherencia, finalidad y unidad de miras porque no hay un sólo poder legislativo sino múltiples ramificaciones (por orden jerárquico de los órganos que las promulgan, desde Tratados Internacionales, a Unión Europea, Ley nacional y leyes autonómicas, sin entrar a los distintos tipos de normas y reglamentos que pueden generarse por cada uno de ellos (una red invasora e invasiva).

    Por otro lado, predominan los intereses económicos sobre esa aspiración de justicia. A todo ello hay que añadir la interpretación administrativa o judicial en la aplicación de esas leyes que, se supone, ha de atenderse no sólo a la razón de su promulgación sino al contexto y las circunstancias contemporáneas y de hecho, en general, más las individuales, en particular.

    Además, hay muchos tipos de conflictos, no todos se judicializan, y cuando se arriesga el prestigio y el dinero (hablo del cliente), estos asuntos se solucionan privadamente siempre que no haya alguna cuestión delictiva que no pueda ocultarse.

    Tampoco creo en los abogados «estrella» y carisísimos como los únicos que saben hacer bien y con éxito su trabajo puesto que sólo se divulga lo que interesa y resulta rentable a efectos comerciales y cada vez hay menos nombres propios, de profesionales individuales, y más empresas de capital empleadoras de abogados.

    En todo caso, nos faltan mentes brillantes que sean oídas…

    Un cordial saludo

  2. Martín dice:

    Escuche en alguna ocasión, que la ley fue creada para no tener que ser utilizada nunca salvo en casos muy excepcionales. Ha llovido mucho desde entonces y está claro que la ley que tenemos en nuestra actual sociedad, dista muchísimo para lo que se supone fue inventada.

    Estamos más que hartos de escuchar los desmanes y tropelías que cometen los que mandan en autonomías, partidos políticos, alcaldías, sindicatos, donde parece que la ley tiene vetada la entrada; y a los jueces que quieren realizar su labor y desenmascarar a personajillos, a los que solo les interesa el poder, el enriquecimiento y el manejo y control de todo y todos, parece que les ponen un campo de arenas movedizas delante para que nunca consigan llegar al final sus investigaciones.

    A este paso, la ley tendrá que afiliarse a la O.N.C.E. para que le asignen un puesto de cupones, y un perro lazarillo, porque de momento no parece que haya nadie capaz ni dispuesto a quitar la venda que cubre sus ojos.

    …dende que elige á su gusto,
    lo más espinoso uno elige;
    pero esto poco me aflige,
    y le contesto á mi modo:
    la ley se hace para todos,
    mas solo al pobre le rige.

    La ley es tela de araña,
    en mi inorancia lo esplico:
    no la tema el hombre rico,
    nunca la tema el que mande,
    pues la ruempe el vicho grande
    y solo enrieda á los chicos.

    Es la ley como la lluvia:
    nunca puede ser pareja;
    el que la aguanta se queja,
    pero el asunto es sencillo,
    la ley es como el cuchillo:
    no ofende á quien lo maneja.

    La suelen llamar espada,
    y el nombre le viene bien;
    los que la gobiernan ven
    a donde han de dar el tajo:
    le cai al que se halla abajo
    y corta sin ver á quien.

    Hay muchos que son dotores,
    y de su cencia no dudo;
    más yo soy un negro rudo,
    y aunque de esto poco entiendo,
    estoy diariamente viendo
    que aplican la del embudo.

    Del poema narrativo Martin Fierro (1.872)
    José Hernandez

  3. colapso2015 dice:

    Estado de Derecho es un pleonasmo. Todos los estados tienen leyes,…

    Caso España:

    La ley es coherente, coherente a la visión de quien la hace. Valora principalmente el daño pecuniario sobre otros aspectos.

    ¿Es lógica? NO.
    El ejemplo de “todos iguales ante la ley” (se entiende impersonal) y el estatus del rey clama al cielo. Todos igual ante la ley, pero, pero, la ley no es igual ante todos. ¿Tiene alguna lógica el desarrollo? Si la tiene, pero basando los axiomas en el privilegio (la no ley), no en un desarrollo medianamente racional del impulso legislativo.

    ¿Se cumple? Totalmente imposible, unas leyes son contradictorias con otras.
    Cuanto más caótico es el ordenamiento jurídico, más corrupto es el país, …, de hecho creo esa es una de las motivaciones de todo caos legislativo.

    La separación estricta de poderes, que en España no existe*, propicia leyes más lógicas en referencia a los axiomas morales utilizados para su desarrollo. Pero ello, no implica necesariamente sea racional,…, pues muchos legisladores (esta figura en España no existe) viven en otra órbita…

    *Montesquieu ha muerto (la separación de poderes es perjudicial a nuestros intereses). Alfonso Guerra

  4. José María Bravo dice:

    Me parece una reflexión, tu articulo, Raúl, sincera. Pero, si me permites, coja. Yo empezaría, a bote pronto, por preguntarte, para ti, que es justo y que es la ley?. También que es ser jurista?.

    Tu bien sabes que la jurisprudencia es un conjunto de normas que regulan el comportamiento cívico. Se basa en la costumbre y en los valores, en la deontología, en el juicio ético.

    Bien dices, las leyes tienen interpretación de esos valores. Hay costumbres que permiten una interpretación laxa de la Ética. Depende,esencialmente, del Sistema Político. Pero es que la Política es la base del sistema jurídico.

    Por que la Justicia no es igual para todos?. Primero porque no todos somos, esencialmente, iguales. Primera interpretación errónea de la Ética clásica, el asumir que todos somos iguales,que hace el legislador y que implica falta de solidez doctrinaria. La Etica clasica, es quizas lo contrario, se basa, esencialmente, en la Etica individual. Nietzsche denuncia esa falsedad interpretativa que lleva a la falsa moral de los «señores». Esos «señores», hacedores de este sistema político, que se basa en esa falta de solidez interpretativa

    Por último, dices que no quisieras ser jurista. Es entendible que en la sociedad dividida en Poderes facticos o cuasi, los ciudadanos no se sientan identificados con el sistema.

  5. Yomisma dice:

    De una forma dialogada yo quisiera decir que, a veces creo que esto de La Constitución española no es mas que una serie de leyes o normas precisamente escritas para saltarselas olímpicamente, a falta de juegos…ya se sabe…
    A ver!… Un café!…hummm…que rico..
    Prosigo, porque seamos o no iguales como dice la carta magna, cómo eso de los Reyes etc etc?,
    Cómo eso de que desaparecen ordenadores y discos duros y papeles…etc.. Y ¡¡aquí no se mueve ni una pestaña!!,

    Cómo escque se saca de la carrera judicial a un juez porque el procedimiento empleado (escuchas ilegales dicen) no era adecuado aunque el «objeto del juicio» era una trama de corrupción y corruptos de alto nivel?..

    Cómo es que cierta persona firma de manera INCONSCIENTE lo que le parece y los ancianos de las preferentes sabían totalmente que firmaban?,

    Cómoes que un juez que encarcerla a un banquero por mal gestor ahora es perseguido y metido en líos y casi hasta juzgado porno se sabe qué?,

    Cómo es que a un drogata que roba pa’pillar y ponerse su dosis lo enchironan ràpidamente y para mucho tiempo?, y parecido con enfermos mentales etc..?,

    Justicia?, leyes? Escritas por quién–para hacersèlas cumplir a quièn?..
    Igualdad?, habiendo reyes–lo segundo son vasallos…

    En fin, cómo no hay juegos olímpicos, me voy a por una buena Copa de Café humeante antes de que me CONSTipe, mientras leo ese libro tan raro llamado CONSTItución española, papel mojado donde lo haya y con ese artículo cambiado–el 235 creo–ya Sin Sentido. Adiòs…libertad..

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