Es indudable que la Ley 4/2023 de las personas trans y LGTBI supone un avance en el reconocimiento de los derechos de tales personas. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) lleva años diciendo que la identidad sexual es un elemento esencial del derecho a la libre autodeterminación de las personas, por lo que debe tener el oportuno reconocimiento por los Estados. No es admisible que en el siglo XXI determinadas personas deban vivir de manera incongruente con su identidad sexual.

Sin embargo, la Ley 4/2023 se aparta del consenso internacional en la materia y aborda un verdadero experimento social en España que puede suponer perjuicios irreparables, sobre todo, en relación con los menores de edad.

Psicólogos y psiquiatras advierten de que algunos trastornos mentales, como la depresión o la ansiedad, se exteriorizan de formas diversas en función de patrones sociales, culturales o educativos. Así, en los últimos tiempos el malestar en menores se ha expresado con un aumento de las autolesiones, coincidiendo con una mayor difusión de esos casos en las redes sociales. De igual modo, el catedrático de Psiquiatría y Jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón advierte de que hoy se aprecia una “explosión de casos de menores con problemas psíquicos … que se manifiestan bajo el paraguas de lo trans”.

Y respecto del tratamiento de los menores, la Ley 4/2023 adopta una visión absolutamente radical, que no atiende al superior interés del menor. Así, en cuanto a las controvertidas “prácticas de modificación genital” en menores, la Ley las admite en niños menores de 12 años, con la simple indicación médica de ser necesarias para “proteger la salud de la persona”; y, por tanto, sin consentimiento ni del menor ni de sus padres o tutores. Todas las organizaciones internacionales han advertido de que las cirugías correctoras de efectos irreversibles, realizadas sin consentimiento informado del menor, pueden considerarse tortura o trato inhumano, salvo peligro inminente para la vida del menor; debiendo, en general, aplazarse hasta que la persona tenga suficiente juicio para consentir la intervención. La Ley española se aparta de este consenso internacional.

En cuanto a los menores en el tramo de 14 a 16 años, la Ley admite esas prácticas de modificación genital con el simple consentimiento informado del menor, aunque tengan efectos irreversibles y vayan a condicionar de manera definitiva la identidad sexual de la persona. De nuevo la Ley prescinde de toda participación de los padres o tutores en la adopción de una decisión de consecuencias tan graves en la vida futura de la persona. Teniendo en cuenta que la autodeterminación personal consiste en un proceso de desarrollo en el que la persona, en función de su evolución vital, va adoptando las correspondientes decisiones; el régimen descuidado y radical de la Ley 4/2023 supone que la persona adulta vaya a quedar predeterminada en su identidad sexual por lo que haya decidido el niño que fue entre los 14 y 16 años. Y cualquiera de nosotros que mire hacia atrás puede preguntarse si realmente querría quedar irreversiblemente predeterminado por lo que hubiésemos decidido en nuestra adolescencia.

Del tramo entre 16 y 18 años nada dice la Ley, por lo que las prácticas de modificación genital quedan sometidas al mismo régimen de cualquier otra cirugía, por ejemplo, una operación de apendicitis; es decir, el consentimiento informado del menor.

En fin, este experimento social con los menores no creo que vaya a salir bien y, por una verdadera irresponsabilidad del legislador, puede frustrar la vida y el desarrollo de muchas personas, con intervenciones de modificación genital de efectos irreversibles y adoptadas sin las suficientes garantías de la existencia real de una incongruencia de género estabilizada.

Adicionalmente, hay que tener en cuenta que la Ley aborda medidas de sensibilización hacia lo trans en el ámbito educativo, de comunicación social e Internet o en las políticas públicas; medidas, que, sin duda, van a provocar un aumento de los “patrones sociales” hacia lo trans y a fomentar, como señalaba el señor Arango, que ciertas formas de malestar psicológico en los menores se expresen a través de lo trans. Este incremento, unido a la falta de las necesarias garantías en las intervenciones de modificación genital en menores, puede conducir a verdaderos dramas de personas adultas que han sido sometidas en su minoría de edad a intervenciones irreversibles sin tener una condición de incongruencia de género verificada y estable.

Siguiendo el criterio casi unánime de los profesionales de la salud mental, la OMS, en 2018, eliminó la transexualidad del catálogo de enfermedades, integrándola entre las “condiciones relativas a la salud sexual” y pasando a denominarla “incongruencia de género”. Por esta razón, las organizaciones internacionales recomiendan la prohibición de las terapias de aversión o conversión que prometen una cura de lo que no es una enfermedad y, en muchos casos, han encubierto prácticas aberrantes en países sin un sistema de garantía de derechos suficientemente asentado. La Ley 4/2023 prohíbe estas terapias y amenaza con sanciones de hasta 10.000 € a quienes las realicen, aunque sea con el consentimiento de la persona.

Pues bien, como señala el doctor Arango, no puede confundirse la prohibición de ofrecer terapias de conversión con limitar la capacidad del profesional de evaluar si el menor que dice ser trans lo es realmente ¿o es que se multará directamente al psiquiatra o psicólogo que indague si el menor que dice ser trans está expresando de esa forma otro trastorno o malestar psicológico? ¿No puede esa amenaza de sanción disuadir a los profesionales para verificar si efectivamente el menor presenta una incongruencia de género estabilizada?

En fin, no siempre que nos venden un aumento en los derechos es positivo para la sociedad. Hay que tener en cuenta que los derechos lindan con otros derechos y principios constitucionales y, por tanto, cuando se expanden las fronteras de unos es a costa de reducir el espacio de otros. En tiempos en que el marketing político lo invade todo, es cuando más alerta tenemos que estar a la letra pequeña. Los riesgos de un legislador ligero y experimental pueden ser irreversibles.

6 comentarios

6 Respuestas a “Experimentos sociales”

  1. O'farrill dice:

    Desde la ciencia biológica más básica, sabemos que salvo excepciones en algunas especies, los sexos son dos adecuados a su fin principal: la reproducción (proceso en que un individuo biótico, origina otro de su especie).Luego no se trata de una simple cuestión mental la decisión de alterar los cimientos de la vida y la evolución de los seres humanos en este caso, donde está claro desde el principio de los tiempos que una parte fecunda y la otra realiza la gestación.
    Otra cosa son las cuestiones de alteraciones del sistema sexual por motivos ajenos a las personas que en modo alguno deben afectar a todos sus derechos o su forma de vida, ahí donde radica el germen de la libertad y la diversidad (mi hija dice: «todos con distintas capacidades») y que se reconoce en el artº 14 de la Constitución: «no discriminación e igualdad ante la ley de todos sin excepción».
    Que a estas alturas exista una visión más frívola de la «libertad sexual» o un nuevo diseño social del llamado «nuevo orden mundial» que intenta pervertir (a saber con qué fines) las bases de las ciencias más elementales, es un intento de subvertir el orden natural del planeta, mientras paradójicamente , pretenden salvarlo… Pero la propaganda distópica ha calado en unas sociedades ignorantes, acobardadas y convenientemente medicamentadas (drogadas) entre tecnologías banales y farmacopeas compulsivas.
    La libertad que se trata de conseguir en realidad es una trampa de efectos irreversibles y graves en muchos casos, donde nadie encontrará responsabilidades o se aplicarán a conveniencia.
    El director de la OMS ya está reclamando «un gobierno mundial fuerte» con la excusa de nuevas y peores pandemias. Quizá sea por ahí por donde vayan los tiros de toda esta experimentación social.
    Un saludo.

  2. Rafa dice:

    Es innegable, como comentas Isaac que la identidad sexual es un elemento esencial del derecho a la libre autodeterminación; lo que para mí no está tan claro es la forma en la que tiene reconocimiento por los estados.

    Surge un problema cuando son los estados o mas bien los gobiernos de turno los que definen y delimitan que es y que no es identidad sexual, discapacidad o colectivos vulnerables.

    De alguna manera limitan el discurso, confundiendo la identidad de la persona con su identificación política, de esto existen múltiples ejemplos.

    Una mujer solo tendrá auténtica voz si responde a la idea de feminismo reivindicativo, sino será tachada de machista.

    Un transexual tiene derecho a no ser discriminado por su condición al optar a un puesto de trabajo, teniendo capacidades suficientes para el puesto; pero ya existe un cupo laboral en que se obliga a las empresas a contratar o a puntuar como valorado de antemano a mujeres, discapacitados, o transexuales, sean o no los mas idóneos para el puesto a desempeñar.
    Con lo que la empresa además de perder eficacia, trasmite el mensaje de que el esfuerzo, la preparación o la capacidad de trabajo, son menos importantes que la pertenencia a uno de estos grupos, valorados de antemano; un mensaje en una sociedad que los jóvenes desempleados triplican a los países del entorno; no digamos ya a los adolescentes que necesitan referencias claras.

    Es evidente que hay una sobreexposición de determinados colectivos en detrimento de otros, que no son afines a las políticas de los gobiernos.

    Una encuesta en el Reino Unido, ha determinado que los individuos transgénero, suponen el 0,5% de la población, pero la percepción social es que son el 5%, los gays son solo el 1,3% pero la percepción es del 10%.

    En España existen 1.200,000 personas con discapacidad auditiva, 972.000 con discapacidad visual, pero apenas son representativos, pues solo se subvenciona a los que tienen discapacidad denominada cognitiva.

    En definitiva, las normas y leyes de este tipo por muy incongruentes, incluso aberrantes que sean, se dictan en consonancia de los intereses de los gobiernos y creo que en este momento ya se dictan de una forma global.

    Eso sí, nos queda el consuelo de que los mayores de 65 años, (Amancio Ortega incluido), podrán ir al cine los martes por dos euros

    Un abrazo

  3. Cristobal dice:

    Sin duda es un gran avance la ley trans y LGTBI .En principio bien pensada pero de ahí a experimentar con personas sin tener en cuenta las posibles consecuencias dista mucho de lo que debería ser una tesis y una critica positiva para dilucidar posibles errores en la ley , abecés hay que alejar la luz para ver en perspectiva lo que se quiere contemplar y esta ley española tiene un enfoque que no contempla la perspectiva en su conjunto . Los porcentajes expuestos sobre la discriminación por motivos de homofobia no contemplan ciertos aspectos, como pueden ser otro tipo de educación sexual que merme los perjuicios del colectivo en cuestión sin causar daños colaterales irreversibles ,por mencionar uno . ( parece estar echa por para una ideología concreta ) los experimentos mejor con gaseosa .Si no se hacen con una buena base científica , cosa que requiere tiempo y estudio no una mera ocurrencia como hemos visto con la ley del si es si .
    Se sabe quienes son los autores intelectuales de dicha ley y quien la rubrica , pero se desconoce la parte técnica de quien elabora la letra pequeña. El estudio me parece pobre para una ley de tanto calado social .
    La infancia es la edad mas delicada y preciosa por la que pasamos los humanos , algo que hay que cuidar con mimo y una educación exquisita , para que el día de mañana tengamos una mejor y mas sana generación, No se trata de quitarles el miedo a la muerte haciéndoles ver a personas agonizando mientas comen caramelos ( esto no me acuerdo donde lo leí ) lo que seria bueno y por el momento en que nos encontramos de falta de salud mental sobre todo en los menores seria una campaña de salud mental general en escuelas e institutos , hablarles sobre las drogas y los vicios y los problemas que conllevan , el alcohol embrutece , el sexo por el sexo puede ser un mal vicio y no esta reconocido en la constitución que el orgasmo sea un derecho humano ni una obligación como tampoco la felicidad lo es , es mas cierto s excesos tienen el efecto contrario .
    Para terminar ,decir que no me parece una buena idea el que no se enseñe una asignatura de filosofía en las escuelas , no esta de mas que enseñen a pensar en lo que se piensa , o ha reflexionar en algún momento del día que a uno le venga bien .
    Bueno y nada mas , solo agradecer la critica y los comentarios .

  4. pasmao dice:

    Buenos días Don Isaac

    Es un tema complejo.

    Hoy, al hilo de su columna he leído esta otra muy interesante:

    https://theobjective.com/espana/2023-05-28/la-psicologa-perseguida-por-criticar-el-lobby-trans-es-una-secta-que-adoctrina-a-los-ninos/

    La profesional en cuestión, Doña Carola López, apunta a la existencia de un mundo «sectario», que sigue los patrones de una secta; como necesario para entender hasta que punto los padres y los profesionales que intentan que los niños no se vean atrapados por esas dinámicas, tienen dificultades para hacerse valer.

    Pero yo voy mas allá. Supongo que Doña Carola no ha querido porque bastante tiene con lo suyo, pero en mi opinión es necesario.

    El ir mas allá es preguntarse porque dichas sectas «prosperan» y de donde obtienen su poder. Y por desgracia dichas sectas prosperan porque están fuertemente protegidas y subvencionadas por al Administración del Estado. En todos sus niveles, nacional, en las Taifas, y localmente.

    Incluso cuando la «derecha» tiene la representación en esas Administraciones. Por cierto, hoy hay elecciones.

    Y ello ocurre porque internacionalmente también están no sólo protegidas, sino promocionadas.

    La Agenda 2030, Davos, etc … ampara todo ese evangelio Woke, y con ese amparo van todas estas sectas.

    Pero es que es aún peor, porque además se está obligando a los países endeudados, y si no están endeudados se los corrompe o se montan revoluciones de colores que los lleven al endeudamiento para que se endeuden, a que para aceptar los créditos del FMI o Banco Mundial, a incluir esa Agenda, etc… desde la que se ampara a dichas ONGs/Sectas y demás en los planes de los gobiernos respectivos.

    De ahí el poder que tienen esas sectas. A las que por supuesto preocupa muy poco la realidad de los casos objetivos de las personas con dimorfismo de género.

    Un cordial saludo

  5. R. Estévez dice:

    A mi no me parece que esas leyes sean positivas. Basta ver su arbitraria obligatoriedad y las multas a médicos y psicólogos que acceden a terapias inversas. Su intención es la ingeniería social en una versión destructiva y con víctimas ya muy numerosas.
    La disforia era una condición médica que tenía una incidencia de 1 por 40.000 varones y 1 por 100.000 niñas. Muy baja.
    Al hacerse obligatoria en la enseñanza infantil (Parlamento Europeo, Febrero de 2006) se ha creado una psicosis que está multiplicando la incidencia por hasta 7.000 veces. Justo en las edades más complicadas psíquicamente.
    Ver obra: «Un daño irreversible» de Abigail Shrier.
    Estos chicos tienen una tasa de suicidio 10 veces la general y, tras los tratamientos hormonales y operaciones no se altera dicha tasa.

    Su raíz está en la recomendación de «Cambios de Arquetipos» de la National Security Agency memorandum 200 de 1974. 123 páginas al servicio de los intereses estratégicos del imperio.

    Aquí Douglas Murray lo analiza.
    https://www.youtube.com/watch?v=ntX0xWvjGrI

    Saludos

  6. Manu Oquendo dice:

    Voy a hacerles una confesión: me autopercibo como negro, de más de 1.98 de estatura y alero de la NBA. Pero la sociedad me ha defraudado.
    Me van a permitir que comparta la experiencia con ustedes porque no entiendo la obsesión de nuestras élites con el sexo y el género habiendo cosas más importantes.

    Entre los vertebrados superiores parece que el modelo de éxito es cooperativo/especializado. También a nivel familiar.
    Las familias que mantienen una cooperación estable y relativamente especializada suelen tener más éxito en sus funciones más visibles, como el bienestar material y la crianza o el mejor posicionamiento de la descendencia para su supervivencia.
    Precisamente por eso, todos los esfuerzos por destruir nuestras sociedades para ejercer sobre ellas un poder totalitario buscan destruir sus familias de hombres y mujeres.
    Los amos de Davos y la Agenda 2030 pretenden que nos enfrentemos para dominarnos mejor .

    En una de esas familias normales de grandes mujeres nacíó un servidor y los debates actuales sobre el género, como un continuum dependiente del sentimiento subjetivo y de las dosis hormonales suministradas por la medicina, me parecen un esfuerzo perverso de nuestras élites para destruirnos cuando su propio liderazgo está en entredicho y luchan por preservarlo.

    Pero no voy a entrar en el debate porque mis sentimientos más acendrados, –desde que tenía cinco o seis años cuando mis padres me llevaron a ver una película sobre los Globe Trotters– , no han sido bien atendidos por la medicina pública que cualquiera que quiera cambiar de sexo tiene a sus pies.

    Lo que siempre quise desde aquella película fue llegar a ser un jugador negro de la NBA. Un alero de entre 1,98 y 2,03 y del color del ébano y esa capacidad agonística para suplir al base del equipo en situaciones críticas. Pero estas élites obsesionadas con el sexo y la pederastia no me lo permitieron.

    Por lo tanto no tuve a mi disposición los tratamientos necesarios para adquirir los 15 centímetros de fémur, tibia y peroné que hubiera necesitado ni los injertos de piel para no desentonar en un mundo dominado por la aristocracia de la negrura.

    Todo esto era técnicamente posible ya desde mi infancia (se podía haber hecho en la URSS y en la Clínica del Dr. Ivo Pitanguy en Suiza o en Rio de Janeiro) pero estaba muy lejos de las posibilidades económicas de mi familia. No estaba incluido en la medicina pública y sigue sin estarlo. Una injusticia.

    Así que me tuve que conformar con convertirme en un vulgar «base» -tristemente blanco- destinado a las divisiones inferiores y al banquillo de un equipo donostiarra que, en cuanto se deshicieron de mí, subió a primera división.

    He cargado con esta profunda tristeza toda mi vida y solo ahora, en este foro, me he atrevido a salir del armario por lo que pido disculpas.

    Entiendo, pues, lo que pasa por la mente de tantos niños y niñas que, espoleados por un perverso sistema escolar, aspiran, hipnotizados por docentes enfermos, a arquetipos de género que, según sus cromosomas, les son negados.

    El viaje humano no siempre es dichoso, ni libre, ni omnipotente. Es una lucha que se convierte en martirio si no tenemos cerca a una madre y un padre fuertes, ejemplares y responsables que nos den la confianza de que siempre estarán ahí. Antes y después de la vida y la muerte.

    El caso es que con muchos nietos sigo dando lecciones de tiro con porcentajes que rondan el 70% y un rendimiento regular de 200 canastas -canastas, no puntos- cada cuarenta y cuatro minutos -hace tres semanas-. Tengo las rodillas muy delicadas.

    Los designios del Señor son insondables y espero que, si alguna vez vuelvo a levantarme, lo haga como un… verdadero «Lord» de la NBA Siempre sueño con escuchar al botillero decirme: «Good morning, Sir, how are you today?»

    Por fin, he dejado el armario. Se lo agradezco de corazón.

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