Cristiano Ronaldo entrenando (crop)

Uno de los culebrones del verano ha sido la inesperada salida de Cristiano Ronaldo del Real Madrid. Al margen de la repercusión deportiva, que me importa poco, creo que es una mala noticia para España. Y eso que el personaje me parece poco saludable, en cuanto ha consagrado un estereotipo narcisista, contrario a los valores más positivos de los deportes de equipo.

En cualquier caso, la mala noticia se aprecia si hacemos un sencillo cálculo: Cristiano es una empresa que factura más de 80 millones de euros al año. Ahora imaginemos que pagara un tipo impositivo anual bajo, del 20%. Cada año, CR7 estaría ingresando en la hacienda 16 millones de euros. Ahora pensemos en un ciudadano anónimo que gane anualmente 100.000 euros. Ese ciudadano estaría entre el 2% que más ingresa en nuestro país. Pues bien, si tributara al tipo impositivo máximo, que supongamos que fuera del 45% (aunque esto también varía por comunidades autónomas), pagaría anualmente al tesoro español 45.000 euros. Es decir, nuestro ciudadano anónimo tendría que tributar 355 años para llegar a ingresar en la hacienda pública los 16 millones de euros que Ronaldo habría pagado en un solo año.

Pero no sólo eso. Las personas adineradas normalmente gastan bastante más que cualquier ciudadano y, por tanto, ingresan importantes cantidades en impuestos indirectos, como el impuesto sobre el valor añadido. Además, por poco que muevan su dinero, generan actividad económica a su alrededor y las personas que reciben los flujos de riqueza aumentan, a su vez, su tributación a hacienda y, también, su actividad económica, produciéndose un efecto multiplicador sobre la riqueza nacional.

En definitiva, es fácil comprender que la repercusión, directa e indirecta, que un solo rico de verdad tiene en la recaudación es enorme (y ello aunque CR7 tributase a un tipo impositivo bajo).

Por esta razón es lógico que muchos países, asfixiados por una deuda pública que no deja de crecer al ritmo de una incesante demanda de servicios públicos, estén ideando sistemas para atraer a las grandes fortunas.

Por ejemplo, es conocida la publicidad que se está dando en Portugal al impuesto sobre la renta para residentes no habituales, que permite que, quienes no hayan sido residentes en Portugal en los últimos 5 años, registrándose fiscalmente en ese país y fijando en él su residencia habitual, disfruten durante 10 años de una tarifa plana del 20% en el impuesto sobre la renta. Es sabido que los departamentos fiscales de grandes despachos recomiendan Portugal como destino atractivo desde el punto de vista de la fiscalidad.

Como en tantas otras cosas, España en esto parece que va contracorriente. Estamos lanzando todos los mensajes posibles para dar la sensación de que este no es país para ricos, que no son bienvenidos y que los que estén aquí que se vayan preparando.

Esta actitud política y social hacia la riqueza es la manifestación de un mar de fondo muy característico nuestro. Aunque pretendemos ser una sociedad laica, en nuestra psicología profunda consideramos al rico doblemente pecaminoso: primero, porque algo, seguramente terrible, habrá hecho para conseguir su riqueza; y, segundo, por la insolidaridad que supone amasar dinero frente a las dificultades económicas generalizadas. En realidad, los dos pecados funcionan como justificación del gran sentimiento nacional de la envidia.

En cualquier caso, a poco que pensemos, nos daremos cuenta de que esta es una actitud poco inteligente. Las grandes fortunas se mueven libremente por el mundo y les da lo mismo fijar su residencia en Lisboa, Milán, Londres… Si conseguimos que vayan yéndose de nuestro país, la recaudación tributaria que dejen de pagar se tendrá que ir centrando necesariamente en exprimir cada vez más a las clases medias, que pasarán a tener el concepto de “ricos” en una sociedad que va empobreciéndose. Posiblemente entraríamos así en un círculo vicioso de disminución de la actividad y de la renta, bajando cada vez más el listón de los que calificamos de “ricos” para compensar la caída en la recaudación (al principio se hablaba de que tenían esa consideración los que ganan más de 100.000 €, ahora se habla de los que ingresen más de 60.000 € y podríamos terminar en que es rico el que gane más de 30.000 €).

Obviamente, el sistema tributario debe tener una finalidad de redistribución de la riqueza, de forma que exista una verdadera solidaridad social. Pero este objetivo sólo se conseguirá tratando de aumentar la recaudación de forma que haya más dinero disponible para redistribuir. Y la recaudación sólo podrá aumentar realmente mediante un incremento de la riqueza nacional y nunca mediante el progresivo aumento de la presión fiscal sobre una riqueza menguante.

En fin, respetando los principios constitucionales de capacidad económica y progresividad de nuestro sistema tributario deberíamos estar pensando en medidas para atraer riqueza a nuestro país.

Si realmente queremos mantener nuestro estado de bienestar y ser capaces de sostener nuestras pensiones, convendría reflexionar sobre cómo conseguir que haya más y no menos. Y para ello no vendría mal que consiguiéramos atraer a unos cuantos Ronaldos.

Un comentario

Una respuesta para “Cristiano Ronaldo y nuestras pensiones”

  1. Manu Oquendo dice:

    Muy apreciado Isaac. Gracias por un excelente artículo al cual solo se me ocurre objetar que La Solidaridad obligada penalmente no es solidaridad es Extracción Forzada y que por lo tanto, si no vivimos en un Gulag Extractivo –como cada día parece más claramente– el que puede vota con sus pies. Ronaldo no es el único.

    Tu artículo refuerza una realidad palpable: El sistema de vida de las social-democracias –muy especialmente el modelo europeo continental pero no solo– se basa en la Compra del Voto de unos a Cargo del Esfuerzo de Otros y su principal función es sustentar una creciente clase ociosa y dependiente –es obligado incluir en ella a los «Repartidores» de los cuales la España Autonómica es líder mundial en términos de «clase política extractiva y sus redes clientelares».

    El Filósofo Moral Adam Smith lleva muchas décadas siendo falseado y distorsionado por la DICTADURA académico-cultural de las Socialdemocracias–

    A Adam Smith se atribuye la metáfora de la «Mano Invisible» gracias a la cual el sano interés personal del panadero le impulsa a hacer el pan nuestro de cada día y a nosotros a comprarlo.
    Esta referencia tan habitual al moralista escocés sostiene que, dejando a cada ser humano buscar libremente la satisfacción de su interés personal, encuentra formas de hacerlo de tal modo que otras personas ven que sus productos y servicios son atractivos y beneficiosos en su lucha por la vida.
    De este trasiego incesante, y como por encanto, se derivaría el progreso humano que se detiene o incluso se revierte cuando algo o alguien interfiere en exceso.

    El primer problema se nos plantea cuando buscamos en la obra Económica y Filosófica de Adam Smith ambas palabras, «Mano Invisible», y las encontramos solamente DOS veces, –una en cada una de sus dos obras mayores: En «La Riqueza de las Naciones»…. y en la «Teoría de los Sentimientos Morales»…. — y lo hacen referidas, sorprendentemente, a dos cuestiones muy concretas:

    1. La conveniencia de invertir «en casa» con preferencia al «extranjero». Se refiere a invertir en la única fuente real de Riqueza: Producir bienes y los servicios que a ello coadyuvan.

    2. Que no importa cuánto dinero tengas, te lo terminarás gastando en tu comunidad natural que se beneficiará de él y de tu presencia. Es decir, cuantos más ricos tengamos entre nosotros, mejor estaremos.

    Dos cuestiones que, ante las ideas hoy impulsadas por los Vividores del Sistema (La clase política EXTRACTIVA), parecen Revolucionarias y muy Políticamente Incorrectas pero que, si miramos alrededor del mundo con atención, veremos que siguen siendo la clave de la prosperidad de los mejores lugares del planeta.
    Si en nuestro entorno no se dan ambas circunstancias –inversión productiva cercana y atracción-conservación de personas con riqueza– las cosas no nos irán bien. Es nuestro caso y puro sentido común.

    Nuestro Relato oficial, sin embargo, oculta estas recomendaciones del sabio filósofo moral y atribuye de forma generalizada a la «mano invisible» y a la Libertad de Mercado sin restricciones la prosperidad de nuestras naciones. Esto es falso, no lo dice Adam Smith y además nos previene contra este exceso.

    Y lo hacen a pesar de que es, precisamente en este punto, donde Adam Smith lanza su advertencia más importante sobre la imperiosa necesidad de Corregir los Excesos de dicha Libertad por el enorme Poder de Mercado que se conquista a través de dichos abusos.

    Se refiere al poder y a las «maquinaciones» constantes de aquellos que buscan construir Monopolios y Oligopolios.

    Es fácil ver que nuestro sistema de Poder Social se basa en la existencia de Monopolios y Oligopolios que de hecho y como bien sabe el autor son parte integral del sistema de Dominación y Control Social

    Por ejemplo, la Banca es responsable de vigilar todas nuestras transacciones y de denunciar hasta las sospechas.
    Lo de impedirnos usar sus Cuentas si su DNI ha caducado es una gracieta que ya funciona desde el 2018. Orwell estaría encantado de haber conocido este y otros ejemplo.

    A su vez las leyes de Responsabilidad Penal Corporativa obligan a toda empresa –toda– a ser capaz de Demostrar su inocencia frente a Numerosos artículos del Código Penal. Ya estamos trasladando costes públicos del Estado Orwelliano al sector privado para que se note menos la brutal fiscalidad.
    La mayor parte de los empresarios todavía no se han dado cuenta de las implicaciones de estas Leyes que los Soviets envidiarían. No es de extrañar que cada vez más las Zonas Económicas Especiales sean los lugares del mundo donde se crece económicamente. Allí no rigen estas leyes.
    Aquí: https://en.wikipedia.org/wiki/Special_economic_zone

    El sistema ha ido mutando y se ha convertido en un monstruo deforme incapaz de nada que no sea adquirir deudas que compensen la destrucción de la capacidad productiva APLASTADA por una FISCALIDAD desaforada tanto al nivel de la persona física como jurídica. Se salvan los apoyos directos del Poder: Monopolios y Oligopolios.

    No es solo Adam Smith el hoy distorsionado o escondido en los textos académicos intencionalmente sino que además usan otros Fetiches para justificar políticas comerciales internacionales sin restricciones que conducen a la ruina de unos países y al éxito de unos pocos.

    Es el caso de David Ricardo y su ley de la «Ventaja Comparativa» que demostrablemente conduce en muchas ocasiones al dominio de un país sobre otros y a la dependencia y empobrecimiento de éstos últimos.

    En fin, el ejemplo de Ronaldo explica bien las dinámicas del sistema en esta etapa postrimera.

    Un saludo y muchas gracias

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