De las 25 o 30 horas semanales que se pasan en la escuela primaria, tan solo dos o tres, y a veces menos, se dedican explícitamente a la educación artística. La pintura, la música, la danza, el teatro, e incluso la poesía, no son herramientas habituales en el quehacer didáctico; como pueden serlo el cálculo, la lectura y la escritura. El Arte no es uno de los ejes de la educación sino solo un añadido. El Arte, sin embargo, es uno de los caminos más claros para educar eso que llamamos la sensibilidad.

Desde el punto de vista físico, la sensibilidad de un ser vivo es la capacidad que tiene de percibir sensaciones a través de sus sentidos; sean estos los de la ameba, el geranio, la jirafa o el ser humano. Gracias a ella los organismos detectan las variaciones de temperatura, luminosidad, composición química, etcétera que se producen tanto en su exterior como en su interior, y responden a ellas según corresponda: segregando sustancias, abriendo la boca, cerrando los ojos, acercándose, huyendo… Más allá de lo físico, también se llama sensibilidad a la capacidad de tener emociones o reconocerlas en otros y reaccionar a ellas; es decir, a la capacidad de sentir, de tener sentimientos como el amor, la ternura, la compasión o la pena. También suele hablarse de sensibilidad artística, que sería la capacidad de conmoverse con el Arte.

Percibir es un acto subjetivo. No hay dos personas que lo hagan de la misma manera. Tomemos como ejemplo la percepción del color. En la retina del ojo existen millones de células especializadas, los conos, que captan ciertas radiaciones electromagnéticas y las transforman en impulsos eléctricos, que llegan hasta la corteza cerebral para crear la sensación del color. Hay tres tipos de conos y cada uno de ellos en sensible a un color, el rojo, el verde o el azul. La sensación de los demás colores se consigue combinando estas tres sensaciones básicas. Pero el número de conos de cada tipo es diferente para cada persona y, en consecuencia, la sensación también lo será. Es posible que sea muy parecida, y por eso podemos ponernos de acuerdo acerca del color que tienen las cosas, pero no es la misma. De ahí las discrepancias, por ejemplo, sobre si una tela es verde o de color azul.

Educando la sensibilidad se está aprendiendo a tratar con la subjetividad, tanto la propia como la ajena. Porque nuestras decisiones no solo se rigen por criterios racionales, supuestamente objetivos. Hay grandes decisiones que afectan a la humanidad entera en las que subyacen motivos viscerales.

Siguiendo con la percepción del color, el número de conos oculares de cada tipo no es la única causa de subjetividad. Una vez captado el estímulo, viaja por el nervio óptico hasta el tálamo, donde se procesa antes de llegar a la corteza cerebral. Y lo mismo sucede con los demás sentidos, que tienen que pasar por el tálamo, que actúa como una especie de filtro o de centralita por el que pasan todas las vías sensoriales, excepto las olfativas  que tienen conexión directa. Es decir, lo que procesa nuestro neocórtex ha sido alterado e interpretado antes de que nuestra memoria, nuestra experiencia y nuestro aprendizaje lo alteren y lo interpreten a su vez. De esta manera, un mismo estímulo puede interpretarse por personas distintas, o por la misma persona en momentos diferentes, de múltiples maneras.

Existe una relación clara entre lo que percibimos, lo que pensamos y lo que sentimos; es decir, entre nuestra forma de interpretar el mundo y nuestra inteligencia. Si nos remitimos a la etimología de la palabra inteligencia, que procede del latín inteligere, que significa saber leer o saber escoger, la persona inteligente es aquella que escoge bien. Y en esto se asemeja a la elegancia, que es una palabra con un origen y un significado parecido, ya que elegante es aquel que sabe elegir lo mejor. Cultivando nuestra sensibilidad, educándola, incidimos en todas estas cualidades.

Este cultivo de la sensibilidad pasa necesariamente por educar nuestros sentidos, por atender a la forma que tenemos de utilizarlos. Desde muy niños se nos explica que tenemos cinco sentidos y cada uno sirve para una cosa: ver, oír, tocar, oler y reconocer los sabores. Sin embargo, en contra de lo que se nos ha inducido a pensar, los sentidos no funcionan por separado sino en conjunto y, además, todos son capaces de suplir lo que hacen los otros.

De la misma manera que se nos ha entrenado para separar los saberes, también se nos ha enseñado a disociar los sentidos, a utilizarlos de uno en uno, de forma que para escuchar algo con atención o saborear un manjar exquisito cerramos los ojos, o para concentrarnos en una imagen nos tapamos los oídos. Y no solo estamos habituados a disgregar cada sentido sino que además lo utilizamos de forma selectiva. Percibimos aquello que estamos acostumbrados a percibir y no nos damos cuenta del resto. Construimos de esta manera una realidad deformada a nuestra medida.

Acostumbrados a desenvolvernos en una realidad pautada, predecible y regular, no estamos habituados a reconocer las diferencias. Si nuestra interpretación de lo que sucede se construye comparando con sensaciones y experiencias previas, parece evidente que cuanto más y más diversas sean estas sensaciones y experiencias más tendremos dónde elegir y más necesario será comparar, hacer uso del discernimiento. Una escuela sensible a la sensibilidad solo puede ser una escuela diversa, no uniforme.

Manipulando adecuadamente las imágenes, los sonidos, los gestos y los movimientos es posible provocar emociones, como saben bien los publicistas y los directores de cine. Así es como consiguen que simpaticemos con situaciones y personajes que serían muy discutibles desde los parámetros morales o éticos más ortodoxos. Así es como normalizan y convierten en aceptables ciertos hechos y comportamientos a la vez que desprestigian otros. Aprender a reconocer estos artificios, estos trucos que hacen parecer auténtico lo que es una impostura, también debería formar parte de este tipo de educación en lo sensible. Enseñar a distinguir entre una obra de arte y un espectáculo, algo concebido para entretenernos, sería una manera de conseguirlo.

11 comentarios

11 Respuestas a “Educar la sensibilidad”

  1. Adam Smith dice:

    La grandeza de nuestro mundo se manifiesta en la extraordinaria cantidad de buenas oportunidades que todos tenemos y que tanto dificulta nuestras decisiones. La pobreza de nuestro mundo se manifiesta en la persistencia de los intentos de muchos para que los adultos seamos o hagamos lo que ellos quieren. Nunca antes la humanidad ha tenido tantas oportunidades y nunca antes tantos falsos (mentirosos o hipócritas) han intentado con intensidad fastidiosa imponer sus preferencias. Los más viejos nos podemos reír de los falsos pero si reconocemos la libertad como esencial a nuestra naturaleza debemos denunciarlos. No dudo que muchos que predican el cambio tienen buenas intenciones y su paternalismo se agradece, pero cuando esas buenas intenciones implícita o explícitamente promueven imposiciones coactivas uno debe pararse y gritarles alto. Sí, podemos equivocarnos al denunciar a paternalistas inocentes, pero este riesgo se previene dando oportunidad para que se defiendan, para que aclaren sus intenciones. Por ejemplo, lean estos dos posts en otro blog

    http://politikon.es/2015/09/15/sin-conciliacion-masculina-no-desaparecera-la-penalizacion-por-maternidad-i/

    http://politikon.es/2015/09/22/sin-conciliacion-masculina-no-desaparecera-la-penalizacion-por-maternidad-ii/

    donde la autora primero expone el problema y las alternativas y luego, en el segundo post, defiende abiertamente imponer su solución para conseguir lo que ella quiere. Más allá de lo equivocada que seguramente está respecto a la eficacia de su solución, me resulta grotesco que alguien quiera coartar la libertad personal para lograr su sueño de igualdad. Prácticamente el 100% de los posts “paternalistas” que abundan en internet nos piden sacrificar libertad personal para lograr el sueño del autor o autora. Sí, todos soñamos con mundos en los que los otros hagan nuestras vidas más fácil o más confortable o más feliz o cualquier otra cosa que nos falte. Y a todos nos faltan cosas—empezando por más tiempo del que tenemos para disfrutar la vida—pero condicionar nuestras vidas a lo que nos falta es negar la realidad de la escasez y condenarnos a la amargura como estilo de vida. Mucho podemos mejorar en nuestras vidas pero no a través de la coacción, y por eso pido a los “paternalistas” que por favor aclaren bien si sus propuestas son meras recomendaciones para ser seguidas voluntariamente por sus lectores o intentos de persuadir a sus lectores para que se unan a una cruzada para su imposición coactiva. Desde ya, gracias por atender mi pedido.

    1. admin dice:

      Estimado Adam Smith

      Su comentario es interesante, pero ¿qué relación guarda con el tema que se trata en este artículo?
      Recordamos los criterios de moderación de comentarios:

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      Del contenido de cada comentario solo es responsable su autor.

      1. Adam Smith dice:

        Claramente el post de Enrique es una recomendación de que las escuelas dediquen más tiempo a la enseñanza de arte. Claro ejemplo de paternalismo, pero en ningún momento Enrique habla de imponer su recomendación recurriendo a la coacción estatal. Dado el tipo de recomendación, sin embargo, me preocupa cómo Enrique cree que su recomendación puede ser tenida en cuenta por un sistema escolar totalmente controlado por el gobierno.

  2. Loli dice:

    Sr. Smith:

    Yo creo que el artículo de Enrique plantea una actitud educativa que viene de la experiencia en ese campo, y de un trabajo de estudio y profundización en esa experiencia.

    A partir de ahí deja constancia de ello, y como es lógico, pone de manifiesto lo que ha descubierto, a las conclusiones que ha llegado y lo lanza en el post como tales, como nuevas posibilidades de avance en proceso educativo, un proceso que, en su declaración de intenciones, parte del principio no de «conducir» en un determinado sentido, sino de proporcionar la ayuda y las herramientas necesarias al alumno, para que sea éste quien sea capaz de «des-cubrirse» a sí mismo, sus capacidades,posibilidades y los caminos que como ser único y singular, debe seguir para su potenciación.

    Evidentemente, todos los poderes, que se precien de querer seguir siéndolo, lo primero que quieren controlar es la Educación, y no precisamente para cumplir con esa premisa fundamental de autodescubrimiento y singularidad.

    Pero no entiendo que, ante ese miedo a la manipulación de cualquier poder, no se puedan plantear criterios que desde el estudio y la experiencia, se quieran aportar bajo la idea de que son positivos y pueden dar lugar a la búsqueda y ampliación de muchas más vías de exploración en el mundo educativo, enfocadas al desarrollo integral del niño, o del adulto.

    Vivimos en un mundo donde las comunicaciones son rápidas, y cada vez más transparente la posibilidad de que cualquier noticia e información llegue a todas partes.

    Eso tiene sus complicaciones, claro, pero también, y creo que puede superar con creces a las anteriores,… sus ventajas. Esas informaciones llegan a manos de estamentos típicos de poder y también a la gente interesada en desarrollar posibilidades, trabajos y avances sociales. Las dos cosas son inevitables, y ese es el mundo (vertiginoso e interesante mundo) en el que nos ha tocado vivir.

    Como usted mismo afirma muchas veces, es, quizás también, el mejor de los mundos que la Humanidad haya conocido, pues como apunta Enrique en su artículo, el hecho de que el acceso a la información se haya convertido en universal, quizás acelere la necesidad de discernimiento, y con ello la «inteligencia» y la «elegancia», el «elegir bien», que requiere una actitud de atención, que puede hacernos más libres, ponernos en un camino de desarrollo evolutivo mayor.

    Un saludo

  3. Manu Oquendo dice:

    Es tarde y salgo de viaje al amanecer por lo que no sé si terminaré este post.

    Leo lo que se escribe en este blog porque sale de personas que «sirven» en vez de «servirse», ponen empeño personal en preparar los asuntos, saben pero son conscientes de lo que desconocen, exhiben escasas pretensiones, los temas suelen ser de calado personal y social.
    Este tipo de personas nos hacen la vida agradable –nos sirven– y aceptan que de vez en cuando se les critique.

    Además lo hacen con buen gusto y equilibrio que es una cualidad de la que siempre estamos muy necesitados.

    Voy a hablar de cosas que «Siento» según leo el artículo de Enrique, el comentario de Adam y el de Loli.

    Siento que los tres construyen y que su suma es sinérgica –es decir, suma más que cada componente por separado–.

    Siento que el progreso –como especie y como personas– está en un punto muy complicado. Ya no estoy seguro de que nuestros individuos estén progresando y desde luego es difícil decir que, –por mucho que consumamos a crédito–, nuestras sociedades occidentales muestren hoy el ritmo y la dirección a la cual estamos acostumbrados.
    Y eso sin meternos en el pantanal de las métricas ni de los valores.

    Siento que es abrumadora la evidencia de esfuerzos sostenidos por el sistema de Poder por controlar y mantenerse y que para ello hace años que, pese a todas las apariencias, hay clamorosas acciones y omisiones que solo pueden redundar en nuestra degradación individual y colectiva.

    La educación es campo de especial atención en este proceso entrópico calculado.

    Vuelvo aquí a referirme a la respuesta que desde 1975 ha recibido la 5ª recomendación de Crozier, Huntington y Watanuki en su informe a la Trilateral titulado «The crisis of democracy». Público y accesible.

    Todo ello sin dejar de ver lo evidente: Hay jóvenes extraordinarios, derrochando talento y valores…………. en un innecesario océano de «Managed degradation».

    Siento que la híper- especialización es un error –absolutamente innecesario– que nos condena a la ceguera y nos amputa y bloquea para las rutas naturales de realización humana.

    Aquí he de confesar que entre el Relativismo de la «modernidad» y sus precedentes me quedo con las intuiciones Kantianas y de Schleiermacher. Incluso con la Teodicea de Leibniz.

    Sin negar el papel de nuestras reacciones emocionales –algo imposible– y lo importantes que son en las relaciones interpersonales, no debemos olvidar que son…………. el instrumento a través del cual nos manipulan todos los agentes del Poder social. Individual y colectivamente.

    Siento que toda la literatura y todos los autores que han profundizado en el asunto (1) son hoy casi desconocidos (excepto para contadísimos especialistas que viven en overbooking permanente) mientras, la literatura de gran consumo está plagada de libros difundiendo la aparente «contradictio in terminis» de Inteligencia-Emocional.

    Aquí falta equilibrio y se está dejando a la gente abierta en canal y sin defensas ante la manipulación.

    Siento que hay algo de siniestro en el desequilibrio mediático y comunicativo al respecto.

    Siento que nos debatimos en la incertidumbre y la inseguridad y que cada vez valoramos menos nuestra libertad de verdad que cada día es más escasa: La libertad de elegir y de hacer no supervisados ni teniendo que pedir permiso hasta para respirar.

    Siento que el punto de Adam es tremendo porque, precisamente y de modo cuasi determinista, es el que nos está impidiendo seguir creciendo.

    En un universo plagadito de abundancia y lleno de fractales esta panda nos está manejando a base de crear y vendernos………….. escasez.

    ¿Escasez de qué?
    ¿Por qué nos niegan la libertad de remediarlo sin contar con ellos ni pedirles permiso?
    ———————

    La noche del miércoles asistí a la charla de un nuevo miembro del consejo asesor de mi universidad. Un experto americano de una Consultora Geoestratégica de renombre. Una de las dos que cuentan.

    Estábamos unas cuarenta personas y, a mi lado, un chico que acababa de terminar en 2013 lo que yo terminé hace 45 años.

    Pregunta de Javier en un inglés más que pasable.

    «Muchas gracias, Sr. XX.
    Si le hemos entendido bien resulta que la calidad de los liderazgos humanos occidentales está cayendo aceleradamente en tanto que en el mundo comienzan a brillar con luz propia personas de grandes dotes y aceptación masiva que no emergen precisamente de sistemas homologables a nuestras democracias.
    ¿Podría usted comentarnos algo acerca de si esto es un mal estructural de nuestras democracias o si podría tener remedio?»

    Responde del nuevo consejero «Me ha entendido usted perfectamente y he de confesar que no tengo respuesta».

    Luego se extendió algo más pero del mismo tenor.

    —————

    Arte creo que nace del oficio, del ingenio, del artesano. De un montón de esfuerzo, de método, de disciplina, de pasión, de imaginación y de tradición.

    De esto hoy, en el arte, hay muy poquito. Se desprecia. Es la diferencia entre «Servir» y «Servir-se»

    La travesía del desierto lleva ya más de 40 años y cada vez hay menos agua en el subsuelo del mundo de la creación artística.

    Y no precisamente por falta de «asuntos».

    Saludos y gracias

    (1) No son muchos autores pero son importantes. Le Bon, Trotter, Freud, Adler, Bernays, Festinger y unos pocos más. Algunos ni siquiera están traducidos al español cien años más tarde de la primera edición de su obra.

  4. Inés dice:

    Estimado Señor,

    La educación que usted propone, que es la única en la que también creo, no se ajusta a los mandatos de la OCDE y de nuestro ministerio actual. Y está impuesta por imperativo legal y supranacional.
    El primer objetivo desde que se inventó lo que llaman globalización, que se está completando con éxito, es utilizar la mente despierta, creativa e inquieta, cambiante, la mente sinestésica, virgen, de los pequeños y los adolescentes y ajustarla al modelo. Además lo dicen así, tal cual:
    http://www.eldiario.es/sociedad/Educacion-orientar-estudios-necesidades-empresas_0_433607081.html

    Supongo que también sabrá que los bancos irrumpen en los colegios de primaria para enseñar cómo hay que empezar a manejar las cuentas, que también es consciente de los contenidos de los que deben examinarse en los test que miden la inteligencia en el siglo XXI. Lo ha expuesto varias veces con maestría.
    Una amiga filósofa, me ha llamado esta tarde, están con las programaciones. Metafísica de la empresa, parece ser un tema que está en el currículum. ( ella dice que no lo ha oído en su vida, que qué será..)
    De todo esto somos conscientes, pero me pregunto, como con muchas de las demás cosas que nos parecen relevantes, si no ha llegado la hora de dejar de manifestarnos en la calle y continuar con nuestra tarea, dentro y fuera de las aulas.
    Programaremos, pero dentro de nosotros -cuerpo y cerebro- están los sentidos y El Sentido.
    De lo multiverso del mundo aprenderemos y aprenderán estas generaciones. Por eso tenemos que seguir «coloreando».
    El mundo no puede ser gris para quien está naciendo. Los bastones y los conos además, son ayudados por un sistema de células accesorias que modulan la señal antes de llegar al nervio optico y aunque aún falta mucho por descubrir, se sabe que la visión en colores depende de la estimulación desigual de esos tres tipos de conos en un radio específico. Desigual.
    Estoy segura de que dentro de las clases, hay mucha vida, por tanto, imposible de programar
    Fuera, todos sabemos que también.
    Precisamente ese fuera -en los entornos en los que nos movemos- está acercándose a las clases. Y se acercan los bancos, policías con perros anti-droga, incluso se acercan toreros a enseñarles pases a los muchachos con cabezas de plástico.
    Pero también se acercan grupos de autoconsumo, talleres de hacer pan, teatro, cuenta cuentos, talleres de microrelato y poesía.. y los barrios.
    De que entren unos u otros, o el colegio tenga abiertas sus puertas a enseñar en Arte, Yoga, Cine, Danza , Músicas de raíz, depende de nosotros, padres, educadores y/o artistas y alumnos. De ese nosotros mayoría.
    Y algo ya hace tiempo que se mueve. También se tienen que mover los chicos, ellos tienen que empezar a saber elegir, como bien has explicado. Nosotros debemos saber escucharles, porque dentro de sus mundos, ellos perciben, quizás solo hay que dejarles que muestren su bello colorido.
    Gracias por el artículo.

  5. Juan Teruel dice:

    Como aclaración, los colores básicos que el ojo está diseñado para ver son el rojo, el amarillo y el verde, no los que supongo que por error de transcripción se indican en el artículo.

    1. Enrique Sánchez Ludeña dice:

      No es un error.
      Existen tres tipos de conos:
      – Conos rojos, que representan el 64 % de los conos totales. También son conocidos como «conos L» (sensibles a la longitud de onda larga, que es roja), con un pico en 575nm.
      – Conos verdes, que representan el 32% de los conos totales. También son conocidos como «conos M» (sensibles a la longitud de onda media, que es verde). Tienen su pico de respuesta a los 535nm.
      – Conos azules, que representan entre el 2% y el 7 % de los conos totales. También son conocidos como «conos S» (sensibles a la longitud de onda corta –en inglés short–, que es azul). Su pico de percepción se ubica en 445nm.
      Estos tres colores, rojo, verde y azul (red, green, blue: RGB) son los colores primarios de la luz, a partir de los que se obtienen todos los demás. Por ejemplo, la mezcla aditiva de luz roja y verde da como resultado luz amarilla, la mezcla de luz roja y luz azul produce luz magenta, etcétera.

      Una cosa son las luces que se captan y otra los colores que se «ven».

    2. Enrique Sánchez Ludeña dice:

      Para aclarar la posible confusión entre los colores que “ve” el ojo humano:

      El número de conos sensibles al azul es solamente un 2% del total y además están situados fuera de la fóvea, que es donde se enfoca mayoritariamente la luz. Estos conos “azules” son mucho más sensibles a la luz que los conos rojos o verdes, pero esto no es suficiente para compensar su desventaja en número y ubicación. El que, a pesar de esto, podamos “ver” el azul con la misma nitidez que el rojo o el verde, sugiere que en nuestro cerebro hay algún mecanismo que “amplifica” el azul.

      No es que el ojo “esté diseñado para ver el rojo, el amarillo y el verde”, sino que percibe mejor las luces rojas y verdes (y la combinación de estas luces, que es el amarillo) y percibe peor las luces azules.

    3. Todo es de color dice:

      Corregir a alguien sin cerciorarse antes de aquello que se pretende corregir… me queda en «blanco»

      Ahí tiene, por si quiere saber de su propio ojo, puede ir del 6 al cero:
      https://www.youtube.com/watch?v=gH84_XipdNs

      Esto sólo es lo básico, puesto que en sinestesia, afortunadamente la cosa es mucho más bonita:

      http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4286234/

      Ya lo dice la canción que se asoció en primer lugar en con éste artículo ( «todo es de color», 1985 archivo TVE) y que antes, me dió vergüenza mencionar, aunque siempre las palabras van asociadas a colores, y muchas veces-no todas- las imagenes se asocian a la música que evocan.

      Esto es así para muchos humanos y no humanos. Y hay que darlo a conocer, claro que sí.

      Porque en definitiva el artículo sólo propone la percepción del color en humanos como ejemplo del argumento principal que es la Educación en la Sensibilidad, para algunos algo luminoso y colorido, para otros parece que fuera como si se cruzaran al mismo tiempo y con la misma concentración de onda, las señales para el azul ( cianopsina) verde ( cloropsina) y rojo ( eritropsina).

  6. Eduardo Hernan Hernandez Valdez dice:

    Te Amo Enrique Sanchez

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